Propuestas sobre feminismo

04/03/2018 - 12:43 Jesús Fernández

El feminismo de hoy es una amalgama de conceptos heterogéneos dirigidos a controlar y tematizar los intereses de las mujeres.

Ya ha pasado el tiempo metafísico de la identidad y de la igualdad  o la reflexión sobre antropología del género y sociología  de la función. Ya sabemos en qué se identifican y se diferencian varones y mujeres. Las discusiones teóricas van cediendo al activismo social de las mujeres. Aunque todo feminismo comenzó en la práctica y en la Francia revolucionaria del siglo XIX. Si hace unos siglos la palabra clave era emancipación, hoy el término es  la reivindicación. La impresión es que, en el ámbito europeo y occidental, el fenómeno está llegando a su conclusión o hay que trasladarlo al mundo africano y musulmán. Un feminismo de color (feminismen of color de N. Salehi), dicen algunos, sin ánimo de ofender a nadie. El discurso está muy fragmentado y muy inculturalizado y lo hemos convertido en un cotilleo de cocina. Hay que globalizar el pensamiento feminista. Este feminismo extensivo llega  ahora a otras áreas de la vida como son el cuerpo, el mercado de trabajo, la comunicación. Las mujeres de casa se están agotando y las casas de las mujeres, alegóricamente, se están derrumbando.  
    No es bueno que la mujer sea un problema en las culturas locales contemporáneas. Hay mucha especulación todavía. Existen muchas contradicciones en él. El feminismo de hoy es una amalgama de conceptos heterogéneos dirigidos a controlar y tematizar los intereses de las mujeres.  Asistimos a otras “brechas” además de las salariales. Por mucho que nos esforcemos para que la mujer sea considerada sujeto, dignidad y persona, sigue siendo todavía “objeto” de variadas especulaciones, muchos comportamientos  y actitudes. Es verdad que hemos  descontaminado todo el pensamiento y la cultura occidental de ciertas manifestaciones supremacistas y contrarias. Alejar toda filosofía de la sospecha no basta. El tema de la mujer es uno de esos debates que permanecen en el tiempo. No se crean ciertos partidos que le han puesto ellos en la tradición y en la superficie colectiva para percibir sus réditos electorales. La pregunta ya no es qué piensan las feministas sino que quieren, o sea, reivindicación. Por eso se habla o se designa a esta actitud  como movimiento, no como corriente.
    Identidad y función, como hemos dicho arriba, son los conceptos que deben guiar la teoría y la practica del feminismo.¿Por qué hemos problematizado la reflexión y no hemos reflexionado sobre los problemas? Por eso, algunos hablan de sabotaje intelectual en toda esta crítica. Parece que sólo existe la sociología de la igualdad entre mujeres y hombres. Pura estrategia. Últimamente hemos confundido todas estas cuestiones con la agresividad precedida de una equiparación  de la mujer con la vulnerabilidad. Vamos a tener que contener la respiración. ¿Hasta cuándo el debate sin conclusiones frente a las conclusiones sin debate que ha existido? ¿Quiénes son los espectadores desde fuera y los protagonistas desde dentro en todo este debate? ¿Hay algunos “exteriores” en esta cuestión?