Realidad poblacional

18/01/2019 - 12:52 Pedro Villaverde Embid

Los pueblos se han quedado para las vacaciones, el descanso, el disfrute de la naturaleza y la gastronomía. 

La actualización del Padrón Municipal a 1 de enero de 2018 nos muestra la constatación de esa Guadalajara a dos velocidades de la que llevamos hablando tanto tiempo. La provincia gana casi mil habitantes en los últimos 365 días, casi ochocientos en la capital y el resto en el llamado Corredor del Henares. Se rompe la tendencia a perder habitantes que nos había marcado durante los años de la crisis lo que significa que la recesión queda atrás y vuelven los tiempos de crecimiento. Hasta ahí bien, pese a la sorpresa en Azuqueca que registra un leve descenso en la población. Tendrán que reflexionar, pero en todo caso es poco alarmante porque su tejido empresarial sigue aumentando. Lo que si nos preocupa y entristece es ver que Sigüenza lidera el descenso poblacional en la provincia y junto a ella otros lugares emblemáticos como Cifuentes o Molina de Aragón, en otros tiempos pueblos prósperos. Además pasan ya a 180 los núcleos con menos de 100 habitantes. La despoblación es un hecho analizado incluso en la prensa alemana donde el diario más vendido escribía hace poco de la realidad de nuestra provincia y acertaba al advertir sobre la diferencia poblacional que se vive de verano a invierno. Nos parece el clip de la cuestión. Los pueblos se han quedado para las vacaciones, el descanso, el disfrute de la naturaleza y la gastronomía. Tenemos una provincia preciosa y rica en costumbres o alicientes, pero que no ofrece los servicios y oportunidades para estar en ella todo el año. Muchos negocios siguen hasta la jubilación de sus titulares, los mayores lo harán mientras la salud les acompañe, los jóvenes se marchan cuando acaban el instituto y sus padres y madres tal vez se quedarían si tuviesen buena tecnologías, mejores comunicaciones, más ayudas, menos trabas, algunas ventajas…  No podemos negar nuestro optimismo respecto a la capital y más cuando el campus universitario sea una realidad, pero también el pesimismo por el mundo rural. Debemos seguir reivindicando, ayudando a los emprendedores, a los residentes en los pueblos, dando respuestas a sus planteamientos, apoyando el trabajo de los grupos de acción local y las líneas de acción de las distintas administraciones. Únicamente desde la suma de esfuerzos y la insistencia lograremos mejorar el panorama ahora desolador.