Rodrigo Gutiérrez, director médico del Área Integrada de Guadalajara, recibe el premio ‘Humanizar’ del Centro San Camilo por su trabajo en favor de la humanización

El director médico del Área Integrada de Guadalajara, Rodrigo Gutiérrez, ha recibido uno de los premios ‘Humanizar’ que otorga el Centro San Camilo de religiosos camilos. Unos galardones que reconocen iniciativas individuales y de entidades que divulgan y hacen cultura de la humanización de la salud a través de acciones que transforman la atención sanitaria en una experiencia humanizada.

Los premios se entregaban durante las XXVIII Jornadas de Humanización de la Salud celebradas en el Hospital de La Princesa. Gutiérrez recibía el reconocimiento en el apartado de ‘Iniciativas individuales’ por su dedicación a la integración de la humanización en programas y políticas de salud. Una labor que ha desarrollado como jefe de servicio en la Dirección General de Humanización y Atención Sociosanitaria de Castilla-La Mancha y actualmente como director médico de la Gerencia del Área Integrada de Guadalajara. Este premio valora su trayectoria profesional comprometida con los derechos de los pacientes, la ética y la humanización.

Gutiérrez ha querido compartir este reconocimiento con “todas las compañeras y compañeros en el SESCAM, en la Consejería de Sanidad y los distintos lugares en los que he trabajado, que me han ayudado en mi vida personal y profesional”, así como a la Sociedad Española de Atención al Usuario de la Sanidad (SEAUS) de la que es presidente.

Por otra parte ha destacado la importancia de llevar la humanización a las relaciones clínico-asistenciales “para una mejora de la calidad basada en el respeto, la confianza entre profesionales sanitarios y usuarios, la compasión, la ayuda y la empatía como regla de oro”.

Gutierrez se refería al Plan de Humanización de Castilla-La Mancha, que promueve una atención centrada en las personas y con el que se quiere extender la cultura de humanización

“a todos los ámbitos de nuestro trabajo, a todos los dispositivos y niveles asistenciales”. Con ello se quiere impregnar de contenidos como la bioética, el profesionalismo, la escucha activa, la comunicación, la actuación en momentos críticos o los cuidados paliativos, atendiendo todos los aspectos “que contribuyan a que nuestra atención sea más amable, cercana y próxima”.

Premios a la humanización

Los religiosos camilos crearon en 1989 el Centro de Humanización de la Salud con el fin de promover una cultura humanizada del cuidado. Con el mandato de su fundador de cuidar a los enfermos desde el amor, dedican su vida a humanizar el mundo de la salud, cuidando a las personas enfermas y enseñando a otros a hacerlo y desde 2016 hacen entrega de los premios ‘Humanizar’ para reconocer a personas e instituciones que son ejemplo y estímulo en la humanización sociosanitaria.

En la última edición de estos galardones, además del premio a Rodrigo Gutiérrez se reconocía a Fernando Fantoya por su aportación en la creación de redes de solidaridad y el desarrollo de políticas sociales e innovación en el tercer sector y a la jefa de la Escuela Madrileña de Salud, Juana Mateos, por su compromiso con el desarrollo y la formación integral de los profesionales de la salud y pacientes.

En el apartado de organizaciones se premiaba a la Oficina de Acción Solidaria y Cooperación de la Universidad Autónoma de Madrid por su trabajo de cooperación al desarrollo y promoción del voluntariado universitario, a la Federación Española de Lupus por la concienciación social en torno a la enfermedad y a Proyecto Hombre por contribuir a prevenir y tratar adicciones.

En cuanto a iniciativas científicas o de divulgación se premiaba a Ricardo Martino por su liderazgo en el desarrollo de la cultura paliativa desde la atención pediátrica en el Hospital Niño Jesús y la Fundación ‘PorqueViven’, y el presidente de la Sociedad Española de Directivos de Sanidad, José Soto, recogía el reconocimiento al documento de consenso del fomento de la participación de los pacientes en el ámbito hospitalario (POP+SEDISA). Finalmente, se concedía al doctor Albert Jovell un premio a título póstumo, como pionero y referencia en la promoción de la humanización de la salud.