¿Salud y/o economía?

12/02/2021 - 18:03 Pedro Villaverde Embid

 Las normas las han de marcar los científicos y los políticos aplicarlas, a la vez que dan respuesta a las necesidades que se deriven de las mismas. 

Pronto, en un mes, se cumplirá el primer aniversario de aquella fecha en la que el gobierno de España decretaba el estado de alarma y confinamiento domiciliario para evitar la propagación de un virus contagioso y letal. Desde entonces han sido muchos los capítulos que se han sucedido hasta el día de hoy en el que nos encontramos en vías de superación de una tercera ola, con la cuarta en el horizonte, y las vacunas como gran esperanza de la humanidad, pero a medio plazo. Mientras tanto los cierres de negocios, las restricciones a la movilidad, las limitaciones de aforos, la imposibilidad de celebración de actividades y otras normativas protectoras de la salud están llevando a la ruina o graves dificultades a un sinfín de negocios de los que dependen millones de familias y  afectando al estado anímico de casi todos.  Las medidas de auxilio desde las administraciones y la solidaridad de organizaciones y particulares palian las devastadoras consecuencias pero el alargamiento de la crisis sanitaria nos acerca al borde del abismo. 

  Gobernar en este escenario es complejo porque cualquier medida implica elegir entre dos necesidades vitales, la salud y la economía, aunque sepamos que la segunda depende directamente de la primera, que ha de ser objetivo prioritario, aunque es más fácil decirlo cuando se cobra un sueldo a final de mes. Los problemas son la falta de músculo financiero para hacer llegar ayudas directas y en las cuantías necesarias  a los afectados mientras se les priva de la posibilidad de desarrollar su actividad y la disparidad de criterios entre gobiernos- hay 18- que condicionan la efectividad de las medidas llevando a situaciones tan absurdas como que muchos municipios sin casos tengan sus bares cerrados por pertenecer a una autonomía, mientras otros con elevada incidencia los tienen abiertos. La disparidad facilita la circulación, del virus. En esta situación tiene que haber medidas comunes a todos en todo el país y especificas en cada municipio en función de su realidad. Las normas las han de marcar los científicos y los políticos aplicarlas, a la vez que dan respuesta a las necesidades que se deriven de las mismas.