Segunda ola, ya oficial

26/09/2020 - 16:05 Pedro Villaverde Embid

 La situación es extremadamente difícil de gestionar porque lo que por un lado sana o palia la enfermedad por el otro lleva al país a una recesión que implica pobreza.

"Situación bastante precupante” en palabras del alcalde, Alberto Rojo, “crítica” en algunas zonas de Madrid, según el presidente Pedro Sánchez y todo en una “segunda ola” por fin reconocida por  Fernando Simón.Ayuso, presidenta madrileña, comunidad fuertemente vinculada a nosotros en el ámbito laboral, educativo y familiar, habla de unas semanas difíciles por delante, término similar al empleado por el propio jefe del ejecutivo nacional. Ambos ante la gravedad de las cifras y de lo que saben- que solo en parte nos llega- han escenificado el fin de su partida de pin pon para  pasarse  las responsabilidades. Ejercicio de sensatez o más bien de urgente necesidad ante la obligatoriedad de actuar con premura y contundencia para frenar una pandemia que  que solo se parará- hasta que la ciencia aporte vacunas y tratamientos eficaces- con la reducción de la movilidad. 

  La situación es extremadamente difícil de gestionar porque lo que por un lado sana o palia la enfermedad por el otro- el de la subsistencia de la actividad para comer, estudiar y pagar facturas- lleva al país a una recesión que implica pobreza por muchos mecanismos de solidaridad que existan.

     Nadie queremos un confinamiento sinónimo de ruina, pero hay que dar un un paso adelante en prohibiciones y restricciones que impliquen menor contacto entre las personas. No sabemos si  la virtud estará en  el punto medio, por delante o por detrás, pero sí que alcanzar el equilibrio preciso,  ajustado a la realidad, exige de la suma de esfuerzos, talentos, coordinación entre administraciones, unidad real en el trabajo diario superando discrepancias como han escenificado esta semana gobierno nacional y comunidad madrileña o como desde hace tiempo implementó ya Madrid con sus comunidades vecinas, como Castilla-La Mancha. Y ahora, antes y después, seguiremos insistiendo en la importancia que tenemos en esta ecuación cada ciudadano. Solo desde la prudencia, la seriedad, el cumplimiento de las precauciones, será posible el objetivo de frenar la enfermedad. Estamos ya en la segunda ola que  exige altura de miras a todos . Tal vez el otoño enfríe los impulsos del estío y ayude.