Sensaciones de un drama

28/03/2020 - 13:22 Pedro Villaverde Embid

Trabajar se ha convertido en una heroicidad, ejemplo que alcanza su máxima pero no única expresión en los profesionales sanitarios.

Las cifras son cada vez más alarmantes, a una mala noticia se sucede otra, conocemos el nombre de personas, populares algunos, familiares o amigos otros, que fallecen por esta enfermedad todavía descontrolada y el miedo, el dolor, la incertidumbre se apoderan de nuestro día a día, aunque también las ganas de luchar y acabar con  la pandemia, de prestar ayuda a los demás mientras procuramos nuestra supervivencia y la protección de los más cercanos. Son momentos difíciles por desconocidos y duros, por cruentos, por impredecibles aunque se intuya en parte su evolución, convulsos, de distanciamiento físico de familiares y amigos al tiempo que imaginativos. Iniciativas a través de las redes sociales nos mantienen unidos, compartiendo experiencias, permitiendo avanzar en el curso escolar, descubriendo las posibilidades del trabajo que no está al alcance de toda la población.

El confinamiento en los hogares nos priva de placeres tan simples como pasear por las calles, correr, tomar un café en el bar, ir al cine, al teatro o disfrutar de un evento deportivo, lo que fue rutina, es algo hoy imposible o prohibido, perseguido y sancionado. Y mientras unos sonríen al mal tiempo cantando, aplaudiendo, recitando poemas o haciendo colgar de sus ventanas pancartas o carteles de ánimo, otros, afortunadamente los menos, siguen saliendo de casa más de lo debido por simple inconsciencia desobediencia o falta de responsabilidad social. 

Trabajar se ha convertido en una heroicidad, ejemplo que alcanza su máxima pero no única expresión en los profesionales sanitarios, cuya dedicación, vocación y amor a los demás desborda las emociones de cualquiera de nosotros. Admirable también el panadero, la cajera del supermercado, el transportista, el policía, el periodista... 

Las redes sociales hierven y en ellas encontramos generosidad, solidaridad, propuestas de particulares y colectivos para contribuir. También bulos, mentiras, críticas políticas o posturas cínicas de quienes no admiten contestación. El mundo entero sufre un mismo mal a la vez.  El hombre  no es tan poderoso y aun así doblegará al invisible enemigo que lo destroza.