Torija llega al ecuador de su ordenación municipal al alcanzar los 1.638 vecinos

17/02/2022 - 16:01 PACO CAMPOS

Torija es un municipio ubicado a 15 minutos de Guadalajara capital y a unos 30 minutos del Aeropuerto Madrid Barajas, por lo que la cercanía con estos lugares convierte a la localidad en centro geográfico. Está situado en el corazón del enclave logístico más importante de España con conexión con Zaragoza, Barcelona o Madrid gracias a la autovía A-2. Con estas premisas es un municipio ideal para vivir, trabajar y formar una familia. 

    El alcalde, Rubén García Ortega, lo tiene claro: “En Torija se vive, se trabaja y es un muy buen pueblo para echar raíces”, pues tiene todos los servicios, además de la Escuela Infantil y el colegio, ludoteca municipal, biblioteca y dispone de una programación de actividades culturales y educativas muy amplia. Dispone de atención sanitaria todos los días y también de servicios sociales, tiendas, supermercados, farmacia o restaurantes.     
    Y, desde el punto de vista turístico, allí se emplaza en Centro de Interpretación de la provincia de Guadalajara (CITUG), emplazado en su histórico castillo, lugar ineludible para todo el que, gracias a la información interactiva que proporciona, quiera emprender su camino para conocer los rincones provinciales.
    Estamos hablando de un pequeño gran pueblo cuyo desarrollo poblacional ha llegado a su  ecuador y que ha pasado de 365 ‘almas’ en 1998 a 1.638 este año, experimentando un ascenso porcentual del 366%. Una población que se asemeja al máximo de 2012, cuando se llegó a 1.660.
    El Plan de Ordenación Municipal (POM), que fue aprobado en 2006 y que en la actualidad está vigente, contempla un total de 3.500 vecinos, el doble de la población actual, con un crecimiento sostenido y sostenible en torno al medio centenar de habitantes anuales de media que hace que se pueda sincronizar el desarrollo demográfico, con el residencial, industrial y de servicios.

En la actualidad residen en Torija 1.638 habitantes y en el polígono industrial se contabilizan 1.500 trabajadores. Un crecimiento que responde a las expectativas municipales, con un ritmo constante y equilibrado, lejos de los 151 habitantes de media al año que subió entre 2006 y 2012, debido al boom residencial. El primer edil asegura que tiene suelo residencial e industrial suficiente para dar cabida a otros tantos.
    El objetivo de García Ortega es “continuar la línea de mantenimiento de una población estable, que se asiente,  trabaje en el polígono o en el pueblo, se empadrone, y se dé de alta en los servicios que tenemos, educativos, sanitarios o culturales, es decir resida y desarrolle su vida cotidiana en el pueblo”. Lamenta el hecho que en los últimos años haya habido más empleo que vivienda, situación ésta agravada por el Covid, que ha ralentizado los procesos para la edificación de nuevas residencias. Desde hace 25 años ha habido más gente de fuera empleada en el municipio que los propios habitantes. 


    Sin embargo, el pueblo se encuentra en la actualidad en plena fase de expansión y muy cerca de lograr el objetivo. El padrón crece –numerosos vecinos han decidido, a raíz del Covid, establecer su primera residencia en Torija- y se incrementa la llegada de nuevas industrias. Entre otros promotores que van de la mano del Ayuntamiento para la expansión industrial se encuentra Pulsar Properties, que ha logrado que se instalen firmas como GXO, FACTOR 5 o Linde Gas.  De la misma forma destacan Montepino (Geodis), Panattoni (ampliación de Leroy Merlín) o Gran Europa (Caixabank).
    El impulso de lo que hace cuarto de siglo era una tendencia tuvo su inflexión entre 2006 y 2007, cuando la población pasó de 599 a 806 habitantes, con una subida de 207 vecinos más. García Ortega recuerda que los inicios de esta expansión fueron duros. En 1998, cuando había tan solo 365 residentes, el Ayuntamiento se dio un gran susto, ya que, debido al bajo empadronamiento, estuvo a punto de desaparecer el colegio. Sin embargo, gracias a que el Consistorio logró corregir gran parte del desfase entre residentes y empadronados, el centro educativo siguió adelante y se convirtió en símbolo de lo que iba a suceder en años venideros. 
    Torija dispone de dos sectores residenciales en los que la urbanización está al 45%, mientras que hay un tercero para cuya acometida el Ayuntamiento está buscando un urbanizador. Cuando estén completados habrá en torno a 800 viviendas. Hay un cuarto que aún no está adjudicado.  
    En cuanto a suelo industrial, hay urbanizados un millón de metros cuadrados, ocupados al 90% por 10 grandes empresas de logística e industriales y seis medianas, emplazadas en dos sectores, a los que se sumará un tercero, de 400.000 metros cuadrados, que se encuentra en fase de planificación. Las parcelas oscilan entre 70.000 y 100.000 metros cuadrados.
    Son las cifras de un núcleo en el que, entre 1998 y la actualidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población se ha multiplicado por cuatro, subiendo 1.172 habitantes, una media de 50 anuales. Los primeros pasos fueron tibios, si los comparamos con la avalancha que iba a sobrevenir. Entre 1998, que había 365 habitantes, y 2006, con 599, subió la población 234 almas, un 64 por ciento, lo que supone 29 anuales de media.
    Sin embargo, la mayor parte de este aumento tuvo lugar entre 2006 y 2012, que ha pasado de 599 habitantes, a 1.660,  con un incremento de 1.061, una media de 151 al año, triplicando la media anual de crecimiento, que se sitúa en medio centenar de vecinos, con una variación porcentual al alza de 177%. 
    La mitad del crecimiento de los últimos 25 años la absorbió este periodo. Esto fue debido, explica García Ortega, al ‘boom’ inmobiliario: “Se acometió un elevado número de viviendas adosadas y unifamiliares, para cuya construcción llegaron gran cantidad de trabajadores de nacionalidad rumana y búlgara”, ilustra. Fueron 200 personas que se dieron de alta en el padrón municipal y cuando, en 2012, regresaron a su país o se instalaron en otros municipios, no se dieron de baja en su mayoría. Entre 2012 y 2021 el Ayuntamiento les fue quitando progresivamente del padrón, después de llevar a cabo las comunicaciones legales pertinentes. Esto explica el hecho de que entre 2012 y 2016 los habitantes descendieran en 287, pasando de 1660 a 1373, una disminución media anual de 72. 
    Una tendencia que se fue corrigiendo gracias a la llamada de los empleos que ofertaba y oferta el polígono industrial y a su proximidad a la capital y al potente ‘imán’ del Corredor del Henares. Entre 2016 y 2022, el crecimiento poblacional es de 265 habitantes, pasando de 1373 a 1.638, con una media de 38 al año de incremento, retomando de esta manera la tendencia iniciada en 2006, pero a un ritmo de cuatro veces inferior.