Tradición y Terroir en la copa con cuatro vinos selectos de Castilla-La Mancha
Su consumo realza los sabores que se presentan a la mesa, con sello Campo y Alma Castilla-La Mancha.
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El vino es un pilar fundamental de la cultura y la gastronomía de Castilla-La Mancha. Los caldos amparados por la marca Campo y Alma son un testimonio de la calidad y la diversidad de los terroirs regionales. Campo y Alma encapsula la esencia intrínseca de la región: el “Campo” como motor agroalimentario y el “Alma” como el espíritu, la tradición y el buen hacer de sus productores. En un mercado global cada vez más competitivo, esta marca se erige como una potente herramienta de promoción exterior, ofreciendo una imagen de unidad y excelencia bajo un mismo distintivo que resuena con los valores de la tierra, la sostenibilidad y el respeto por el terruño. Es, en definitiva, la certificación de que el vino proviene de la gran despensa de Europa, conjugando la vasta tradición vitícola con la modernidad y la excelencia que exigen los estándares de calidad actuales.
El consumo moderado de estos vinos, en el contexto de la dieta mediterránea, no solo realza los sabores de la mesa, sino que conecta directamente con la historia vitivinícola de la región.
Los cuatro vinos Selectos que presentamos, amparados por el sello Campo y Alma, son el hilo conductor perfecto para un festín de sabores. Desde el potente Tinto Crianza de Valdepeñas para la caza mayor, pasando por el fresco Blanco de Verdejo de La Mancha ideal para equilibrar pescados, hasta el elegante Tinto Ecológico de Uclés para realzar las legumbres de la huerta.
Descubre a continuación cómo las características únicas de estos vinos –su terroir, su uva y su elaboración– te permiten no solo encontrar el maridaje perfecto para los platos más emblemáticos de la región, sino también elevar la experiencia culinaria y conectar directamente con la historia vitivinícola manchega.
D.O.P. Manchuela: El Tinto de Syrah o Bobal
La D.O.P. Manchuela se ubica en el este de la región, en la comarca homónima, repartida entre las provincias de Cuenca y Albacete. Geográficamente se sitúa entre los valles de los ríos Júcar y Cabriel, lo que le confiere un microclima especial, con influencia del Levante y una altitud considerable (600 a 1.100 m).
El Syrah de Manchuela es de un intenso color rojo violáceo o picota. Sus aromas son varietales, intensos a fruta negra madura (moras, ciruelas) con un toque de pimienta negra y ligeros toques balsámicos o torrefactos si ha pasado por madera. En boca es voluminoso y carnoso, con taninos dulces y bien integrados. Resulta ideal para maridar con carnes blancas guisadas (como el conejo con setas), productos ibéricos de bellota, o para enriquecer la experiencia de las tradicionales migas.
La D.O.P. se enfoca en variedades como la autóctona Bobal y la foránea Syrah, que se adapta excepcionalmente bien al clima. Los vinos suelen buscar un perfil moderno, de alta expresión frutal. Los tintos Roble de Syrah o Tempranillo tienen un breve paso (unos 4 meses) por barrica, lo que aporta complejidad sin dominar la fruta.
D.O.P. Uclés: El Tinto de Tempranillo Ecológico
La D.O.P. Uclés se extiende por la parte occidental de Cuenca y el noreste de Toledo. Sus viñedos se sitúan a una altitud considerable (entre 500 y 800 metros), lo que, unido al clima continental extremo, garantiza un ciclo de maduración lento y completo. Gran parte de sus bodegas están comprometidas con la producción ecológica y la sostenibilidad.
Muestra un color rojo rubí intenso y brillante. En nariz, destacan los aromas primarios de fruta roja fresca (fresa, cereza) y un fondo mineral sutil que refleja el terroir. En boca es fresco, jugoso y elegante, con taninos firmes pero amables y una acidez viva que lo hace muy agradable. Es un vino excelente para acompañar platos de cuchara ligeros, como una sopa de ajo tradicional, legumbres de la huerta, o un buen atascaburras, potenciando la autenticidad de la cocina castellanomanchega.
El Tempranillo es la uva reina en sus tintos. La alta calidad de la uva en estos terrenos se traduce en vinos de pH bajo y gran longevidad. Suelen ser vinos que buscan la elegancia y la finura, con crianzas que respetan la expresión de la fruta.
D.O.P La Mancha Chardonay
En la categoría de blancos encontramos también el Chardonnay producido bajo la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Estos vinos suelen ser jóvenes, frescos y con aromas intensos a fruta tropical, cítricos y hueso.
Presenta notas complejas y potentes de fruta tropical (como mango o piña), cítricos y fruta de hueso madura.
Es un vino joven y fresco, con una acidez equilibrada y un paso limpio en boca. Puede tener un ligero toque almibarado.
Suele tener un color amarillo pálido o pajizo, limpio y brilla.
Un verdejo, maridaje perfecto para el Pisto Manchego
El Pisto Manchego es la quinta esencia de la huerta, un plato que celebra la sencillez de los productos de temporada. Para contrarrestar la untuosidad del aceite de oliva y la dulzura de la verdura, recurrimos al D.O.P. La Mancha Blanco Joven de Verdejo, un vino limpio y brillante cuya acidez y notas de hinojo refrescan el paladar. La preparación exige mimo: picaremos en dados de tamaño similar 1 cebolla, 2 pimientos rojos, 2 pimientos verdes y 1 kg de calabacín. En una sartén amplia con aceite de oliva (la calidad del aceite es fundamental), pocharemos primero la cebolla a fuego muy bajo, para que se transparente y endulce. A continuación, incorporaremos los pimientos, cociéndolos durante unos 20-30 minutos para que se confiten. Solo al final añadiremos el calabacín, cocinando hasta que esté tierno. Una vez que las verduras han alcanzado la textura deseada, escurrimos el exceso de aceite e integramos 750 g de tomate natural triturado. Cocinamos a fuego medio-bajo durante unos 20 minutos más, hasta que la salsa de tomate haya espesado y ligado con las verduras. Sazonamos con sal y una pizca de azúcar si fuese necesario. Este pisto, servido templado o frío, es el lienzo ideal para un huevo frito o como guarnición, y se verá realzado por la vivacidad y las notas tropicales del Verdejo.
D.O.P. La Mancha: El Blanco Joven de Verdejo
La D.O.P. La Mancha, la denominación de origen más extensa de España, abarca territorios de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Los viñedos se extienden sobre una llanura a una altitud media de 600 a 800 metros, con suelos calizos y un clima continental extremo.
Visualmente, es un vino amarillo pajizo muy limpio y brillante. En nariz, deslumbra con una gran intensidad aromática a frutas tropicales (piña, mango) y un inconfundible fondo de hinojo y hierbas aromáticas, típico del Verdejo. En boca es suave, ligero y con una acidez bien equilibrada, ofreciendo un final fresco y persistente. Es el acompañamiento perfecto para pescados al horno, mariscos, arroces de verdura y platos ligeros que requieran una acidez cortante para equilibrar el sabor.
D.O.P. Valdepeñas: El Tinto Crianza de Tempranillo
Este vino presenta un profundo color rojo cereza que evoluciona a tonos teja con el tiempo. En nariz, la fruta roja madura se ensambla con elegantes notas terciarias de vainilla, especias y cuero aportadas por la madera. En boca es estructurado y aterciopelado, con taninos fundidos que proporcionan un paso de boca potente pero pulido. Es el maridaje ideal para la caza mayor, guisos contundentes como el estofado de ternera o el pisto manchego, y los quesos curados de la región: El Tinto Crianza se basa en la uva autóctona Tempranillo (localmente llamada Cencibel). Su proceso de Crianza exige un mínimo de seis meses en barrica de roble. Esta maduración controlada es crucial, ya que el Tempranillo adquiere la complejidad y sedosidad que lo distingue.
La D.O.P. Valdepeñas se localiza en el borde meridional de la Meseta Sur, íntegramente en la provincia de Ciudad Real. Su área de producción, con Valdepeñas como epicentro, se asienta sobre suelos calizos y arcillosos, bajo un clima continental seco y una gran amplitud térmica que favorece una maduración óptima y uvas con gran intensidad colorante y estructural.
