Urge cambiar la manera de gestionar los embalses y las Reglas de Explotación del Trasvase
“Para estabilizar las reservas tras la aprobación de los caudales mínimos del Tajo es necesario cambiar urgentemente la manera de gestionar los embalses y las Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura”.
Beatriz Larraz, directora de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss y profesora titular de la Universidad de Castilla–La Mancha; Enrique San Martín, profesor titular de la UNED; Raúl Urquiaga, investigador I+D+i de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss; y Miguel Ángel Sánchez, portavoz de la Plataforma de Talavera en Defensa de los ríos Tajo y Alberche y técnico de AMREEB, han presentado, junto con Antonio de Lucas, doctor por la Universidad de Alcalá en el Programa de Hidrología y Gestión de los Recursos Hídricos y autor del estudio técnico, una nueva propuesta de la modificación de las reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura. La Asociación de Municipios Ribereños ha hecho llegar al Ministerio de Transición Ecológica esta propuesta para su consideración.
Este nutrido grupo de expertos ha diseñado unas nuevas reglas de explotación sobre la base de minimización del número de ocasiones en las que los embalses de la cabecera del Tajo habrían entrado en situación de excepcionalidad hidrológica desde 1980 si se hubieran aplicado estas reglas.
Actualmente, las reglas de explotación sitúan los envíos en 20 hm3 máximos posibles en Nivel3, 27 hm3 en Nivel 2 y 60 hm3 en Nivel 1; situación esta última a la que se accede una vez los embalses presentan un volumen de llenado de 1.500 hm3.
La propuesta, como se observa en la tabla, reduce los envíos máximos posibles en Nivel 3 a 8 hm3 desde su aprobación, mientras que disminuiría progresivamente los envíos obligatorios en Nivel 2, primero a 16 hm3 y finalmente a 11 hm3. Además, se modifica el umbral de existencias embalsadas que permiten el paso a Nivel 1 para evitar volver de inmediato a Nivel 2, “desaprovechando así su gran capacidad de embalse, que es lo que permite una regulación eficiente”.
Estabilidad es lo que buscan, tanto para el envío de agua por el trasvase como, sobre todo, para la cuenca del Tajo. El objetivo es minimizar las ocasiones en las que los embalses se encuentren en situación de excepcionalidad hidrológica. “Una fase que, como su propio nombre indica, debería ser poco frecuente y, sin embargo, no lo es”.
“La propuesta conseguiría minimizar, hasta anular, el número de veces que los embalses de Entrepeñas y Buendía habrían entrado en situación de excepcionalidad hidrológica si se hubieran aplicado estas normas”.
Con las reglas de explotación actuales y los caudales mínimos del PHT 2023, los embalses caerían en situación de excepcionalidad un 42,1 por ciento del tiempo, aumentando progresivamente los periodos en Nivel 4 con trasvase cero conforme avanzasen los años hasta llegar a 2027.
“La propuesta conseguiría minimizar, hasta anular, el número de veces que los embalses de Entrepeñas y Buendía habrían entrado en situación de excepcionalidad hidrológica si se hubieran aplicado estas normas”
Es cierto que, con esta nueva propuesta, se reduciría la cantidad media anual trasvasada, pero, sin embargo, no se atravesarían periodos con la tubería cerrada.
La cantidad reducida, lejos de ser excesiva, podría compensarse por la fuerte inversión en desalación que ha prometido el Ministerio.
En la actualidad, las reglas de explotación priorizan maximizar el trasvase medio a costa de reducir la evaporación, manteniendo los embalses en niveles bajos. Lo que provoca, como recoge el informe de De Lucas, “una gestión irresponsable que impide su correcta recuperación en los momentos de bonanza hidrológica y que obliga a iniciar los periodos secos con niveles bajos de reservas”, lo que degenera en un “mal funcionamiento del TTS y daños ambientales, sociales y económicos en la cuenca cedente”.
La Asociación de Municipios Ribereños ha hecho llegar al Ministerio de Transición Ecológica esta propuesta sobre la modificación de las reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura
Los embalses de Entrepeñas y Buendía son de gestión plurianual, están diseñados para soportar largos periodos de sequía gracias a su considerable capacidad. Tenerlos constantemente vacíos para minimizar la evaporación es despreciar su mayor cualidad y malversar una obra pública de gran envergadura. Especialmente en el escenario actual, donde empiezan a ser frecuentes los largos periodos de sequía meteorológica, sin apenas aportaciones.
La Asociación de Municipios Ribereños ha hecho llegar el informe al Ministerio de Transición Ecológica para su valoración, siendo la fecha límite para su modificación el 24 de enero de 2024, según los plazos publicados en el BOE. Las circunstancias actuales con un Gobierno en funciones han dilatado el proceso, pero la situación es urgente. Las estimaciones se basan en las aportaciones desde 1980, pero desde 2010 se aprecia una disminución importante de las mismas que apremia todavía más el cambio de gestión.