Yllana vuelven a desplegar en el Buero su mejor humor silencioso

Fueron 90 minutos sin apenas parar de reír ¡y vaya si nos hacía y hace falta! El humor ágil y contagioso apareció de nuevo ayer sábado por el Buero Vallejo, esta vez con la magia del cine como hilo conductor de todos sus desternillantes momentos. Y todo gracias a Yllana que, una vez más, no defraudaron.

Ayer sábado se trasladaron del teatro Alfil en Madrid (donde estarán hasta el 25 de noviembre) al Buero Vallejo de Guadalajara para presentarnos su nueva creación: Gag Movie, en la que reflejan su pasión por el cine, con un homenaje a la esencia de lo cinematográfico y donde lo juntan con el teatro de humor más visual para ofrecernos un octavo arte en carne y hueso, siempre bienvenido y más ahora, tan necesitados como estamos de la risa y la diversión.

El actual aforo del Buero Vallejo, limitado y obligado por las circunstancias (y con una impecable Organización, todo sea dicho), se quedó pequeño y, a buen seguro, la obra hubiera hecho pleno también en condiciones normales. Porque allá donde vaya, el humor de Yllana es de esos que conecta rápido y cala hondo entre el público y en Guadalajara se les quiere desde hace muchos años; tantos casi como los cerca de treinta que está apunto de cumplir esta compañía.

Antonio de la Fuente es el más veterano y uno de los primeros integrantes de Yllana y, ahora como entonces, sigue despertando carcajadas sólo con salir a escena y desplegar su magistral abanico de gestos, movimientos y onomatopeyas.

Susana Cortés es la reina de la sorpresa y del mundo escatológico y Rubén Hernández, el dandy del equipo.

Y, completando el cuarteto, nuestro alcarreño César Maroto, de nuevo fantástico con su electricidad y sus pantomimas hilarantes.

Los cuatro se convirtieron de nuevo en maestros en los errores creativos, esos que para el público pasan desapercibidos, pero con los que estos cómicos disfrutan sobre el escenario y hacen disfrutar a los espectadores sin apenas pronunciar palabras.

En Gag Movie, hacen un repaso con geniales parodias a películas tan conocidas como Las amistades peligrosas, Alien, Rocky, El resplandor, Psicosis, American Beauty o La Guerra de las Galaxias, entre otras.

Y, aunque su humor gestual y apenas vocalizado no lo necesita, las complementan con un sorprendente despliegue de juegos visuales y efectos digitales con una cámara con la que realizaron un improvisado casting entre el público e incluso visitaron la entrada del propio teatro auditorio para rodar escenas de una inventada cinta de terror.

Todo un homenaje al arte del cine, en el que con sencillos trucos nos mostraron cómo nuestros ojos son engañados por ángulos y perspectivas y cómo al final todo es posible dentro de la gran pantalla.