65 : El desgraciaico, la niña y los ´monstros´

30/03/2023 - 17:55 J. Pastrana

El dúo creativo formado por Bryan Woods y Scott Beck es el responsable absoluto de 65, tando de su guión como de la propia realización de la película. Y resulta bastante llamativo, porque si hay algo que a un servidor le llama la atención de esta película es precisamente la falta de conexión entre lo que insinúa el papel y lo que refleja la cámara. 

Veamos, Mills (Adam Driver) es probablemente el tipo con más mala suerte del universo. Es un piloto de naves espaciales que se ve obligado a sumarse a una exploración de dos años para poder pagar el tratamiento de su hija enferma, porque esto no es Star Treck y aquí la Sanidad suponemos que es privada y muy cara.

La cosa es que mientras va en su nave hay más de una cosa que sale mal y el pobre acaba estrellándose en un planeta bastante hostil repleto de monstruos fieros y gigantes. Al principio parece que va a tirar la toalla y volarse la tapa de los sesos, sobre todo al comprobar que la tripulación a muerto, pero fíjate tú, que resulta que una niña ha sobrevivido, así que ya tiene una misión en la vida: salvarla... salvarla mucho, porque Mills está destrozadísimo por dentro y necesita redimirse... Ah, el planeta es la Tierra... Hace 65 millones de años (no es spoiler, lo dice la propia película a los pocos minutos). Tiene sus dinosaurios malisimos y esas cosas, pero no son el  mayor peligro. Los problemas de Mills están apunto de crecar a una velocidad ´meteórica´... meteórica, ¿eh? -guiño,guiño-. 

65 debería haber sido un entretenimiento alegre y juguetón de 90 minutos. Una película con espíritu de serie B que no tiene por qué renunciar al drama interior de su personaje, pero sí ser consciente de lo alocado de las situaciones que plantea. Y si uno piensa en el guión y las escenas, encuentra varios indicios de que podría haber sido precisamente eso. Sin embargo, su duo de directores, responsables del guión de Un lugar tranquilo, una película con la que 65 guarda algún parecido, apuestan por la intensidad y un montaje un tanto sosegado que no acaba de sentarle bien al largometraje. No resulta ofensivo y se puede ver tranquilamente, pero mala cosa cuando una película de 90 minutos se hace larga... y esta en algunos momentos parece estancarse.

Con un aprovechamiento más efectivo de los momentos cómicos y una dirección más efectista y espectacular, podríamos haber estado hablando de un auténtico sorpresón. Sin embargo, lo que queda es algo simplemente correcto y disfrutable que, si se ve en buena compañía, sirve para echarse unas risas.