Almas en pena de Inisherim: Como risas en un velatorio

02/02/2023 - 14:42 J. PASTRANA

Martin Macdonagh es ese tipo que te saca una sonrisa mientras te estruja el corazón. Sus películas son prácticamente tragedias que viste de un humor negrísimo, como la vida misma, donde las desgracias se enfrentan con bromas que ocultan sonrisas. 

En Almas en pena de Inisherim, nos cuenta la historia de Pádraic y Colm. Un buen día, el primero acude a casa del segundo para recogerle de camino al pub, como hacen siempre. Sin embargo, ese día Colm no sale. Resulta que ha decidido romper su amistad para poder dedicar el tiempo que antes pasaba con su amigo a componer música. 

¿Es obligatorio cargar con un tipo aburido solo porque es buena persona? ¿Está bien dar la espalda a un amigo para poder dedicarte a hacer cosas más interesantes? Dos preguntas que en el fondo son una y en torno a las que gira esta meláncolica historia llena de divertidos costumbrismo, conformando una película de un tono poco común, pero habitual en la filmografía de su director. 

MacDonagh vuelve a juntarse con Collin Farrell, que compone una interpretación mayúscula, con una humanidad capaz de disfrazar hasta el egoismo de su personaje; y Brendam Gleeson, otro monstruo en esto de ponerse delante de la cámara, que también defiende a ese Colm tan ambigüo y extremo. 

Los tres juntos, apoyados por un elenco igualmente espléndido, logran componer una película mayúscula, un drama que busca emocionar, golpear y divertir, que dejará al espectador con el corazón encogido y quizás una sonrisa, un complicadísimo ejercicio que acierta el unir tristeza y humor, lo que convierte a su director y guionista en un tipo casi único de la industria.