Boda en Westminster (III)


Análisis de la biografía de Felipe de Edimburgo.

La segunda vez en que Isabel y Felipe coincidieron, ella era una adolescente y él, un joven. El encuentro tuvo lugar en Britannia Royal Naval College (BRNC), comúnmente conocida como Dartmouth, la academia naval británica. Su tío Luis, Lord Mountbatten, se había convertido en su mentor y, aprovechando la amistad con Jorge VI, consiguió que el único hijo varón de su hermana Alicia fuera elegido guía de la academia en la visita del monarca. Jorge VI fue acompañado de su esposa Isabel Bows Lyon, y de las princesas Isabel y Margarita. Congenió tan bien con sus primas que llegó a seguir al yate Victoria y Alberto remando en un bote para darles la despedida.

El noviazgo de la futura reina Isabel II y de Felipe duró 8 años. Se intercambiaban cartas y la boda tuvo lugar en la abadía de Westminster el 20 de noviembre de 1947. Hubo 2.000 invitados (entre ellos 10 monarcas) y 200 millones de personas siguieron la ceremonia por la BBC.

Para casarse con la heredera al trono, Felipe tuvo que renunciar a su religión (la ortodoxa griega) y a su lealtad a Grecia. Perdió el título de “príncipe de Grecia y Dinamarca”. Y, en compensación, la víspera del día de su boda, su suegro, el rey Jorge VI, le concedió el tratamiento de Su Alteza Real y lo nombró caballero de la Orden de la Jarretera. El día del enlace recibió los títulos de conde de Merioneth y barón Greenwich, así como el de duque de Edimburgo, con el que ha pasado a la posteridad. 

En 1949 se instalaron en Malta para que Felipe desempeñara sus funciones laborales en la Royal Navy, pero esa vida en pareja fuera de los compromisos regios duraría hasta 1951, en que Jorge VI enferma e Isabel debe asumir funciones representativas. Tenían entonces dos hijos: Carlos (nacido en 1948) y Ana (nacida en 1950). Andrés nacería en 1960 y Eduardo en 1964.

En 1952, Isabel ascendió al trono. Isabel le permitió ser el presidente de la Comisión que debía planificar y organizar su ceremonia de coronación.  Cinco años después le concedió el título de “príncipe del Reino Unido”. 

La pareja atravesó por algunas tensiones, como la tristeza de Felipe por ser el único hombre de Reino Unido en no poder dar sus apellidos a sus hijos, al elegirse Windsor.

La ascensión de Isabel al trono puso en evidencia el posible cambio del nombre de la Casa de Windsor a Mountbatten. La reina María, abuela de Isabel II, en tanto que esposa de Jorge V, al enterarse de la propuesta, se comunicó con el primer ministro Winston Churchill, quien instó a Isabel II a mantener el nombre de la casa real. El duque de Edimburgo se sintió disgustado pero, en 1960, la reina emitió una orden que declaraba que sus descendientes masculinos que no llevasen el tratamiento de Alteza Real o el título de príncipe llevarían el apellido Mountbatten-Windsor. 

En 1954 Isabel le entregó el bastón de mando de mariscal, y en 1957 lo nombró príncipe de Reino Unido.