Brihuega sorprende a Jesús Villa-Rojo

23/05/2022 - 16:21 FCV

El compositor, escritor, docente, divulgador y animador cultural, Jesús Villa-Rojo, natural de Brihuega, finalmente pudo interiorizar el significado de su distinción cuando el alcalde, Luis Viejo, bautizó con su nombre a la Sala Noble del Castillo de Piedra Bermeja. FOTOS: CONCHI VIEJO.

No podía trasladar a su ámbito mental todo el honor, estupefacción y agradecimiento que sentía porque, además, se llevó a cabo la presentación académica de su obra, ‘Beethoven...Siempre’. Pero el entorno le abrió los ojos, por el orgullo que representa que reciba su nombre una estancia que albergaba a los arzobispos de Toledo y por el hecho de que los briocenses entendieran su obra. 

El Ayuntamiento de Brihuega homenajeó este sábado a Jesús Villa-Rojo, uno de los briocenses más universales, bautizando con su nombre la Sala Noble del Castillo de Piedra Bermeja. A lo largo de la jornada se desarrolló la presentación académica de su obra, Beethoven…Siempre, así como el concierto ‘En torno a Jesús Villa Rojo 2022’ de la mano del Grupo Cosmos, en el que se estrenaron varias piezas y nuevas versiones de clásicos del autor.
    El acto principal estuvo presidido por el alcalde, Luis Viejo, acompañado por las concejalas de Cultura, Teresa Valdehita, y de Igualdad, Rebeca Cepero. Viejo descubrió una placa en su honor. Ya por la tarde, en el concierto, acudieron la subdelegada del Gobierno, Mercedes Gómez, y la delegada provincial de Sanidad, Margarita Gascueña.  

Viejo destaca que es un orgullo para el pueblo de Brihuega contar con un vecino de la categoría humana y profesional de Villa-Rojo. “Él es uno de nuestros embajadores más reconocidos mundialmente y es nuestro compromiso como Ayuntamiento poner en valor su figura, su obra y su persona como patrimonio inmaterial, por lo que es todo un honor que la sala noble del Castillo de la Piedra Bermeja lleve desde hoy el nombre de Jesús Villa-Rojo”, indica.


Este evento supone el pistoletazo de salida del proyecto municipal que, bajo la denominación de ‘Embajadores’, “pretende poner en valor el patrimonio inmaterial de la localidad”, remarca el primer edil. Se trata de personas fallecidas o en vida que remarcan la proyección internacional del municipio alcarreño, como Manu Leguineche o los hermanos Sebastián y Diego Durón. 


Para el homenajeado, briocense de 82 años de edad, fue un día “entrañable” que destacó por un enorme éxito de participación –se ocuparon las 120 sillas habilitadas-. “Pude comprobar, con satisfacción infinita en el lugar que me vio nacer, que los vecinos de Brihuega me conocen, entienden y saben lo que hago”, comenta, “lo que supone un máximo reconocimiento, valoración y aceptación artística”, asevera. Su sorpresa fue mayúscula cuando la edil de Cultura desplegó en el mismo lugar una pequeña muestra de sus partituras, libros y discos de vinilo. 


Para Villa-Rojo fue un acto especial, un orgullo que el Salón Noble, “imponente”, con historia, en el que Don Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo gran mecenas de Brihuega, celebraba los concilios, y residían en verano los arzobispos de Toledo, recibiera su nombre.  En este incomparable marco, asegura, se encontró “honrado y emocionado”.

Y prosigue: “Me preguntaba cómo era posible que una persona tan real como yo, con sentido de realismo humano y artístico, en especial musical, pudiera llegar a ser consciente del significado que tiene la designación y más en un sitio tan emblemático”. Es por ello que agradece a vecinos, autoridades y en especial al ayuntamiento tal “honor”.  


Durante su alocución hizo un repaso por la importancia de Brihuega en la historia de la música, resaltando los hitos fundamentales. “Buena parte de la música occidental sale de Bernardo de Brihuega, en el siglo XIII”, dijo sobre este “clérigo, hombre sabio y posiblemente traductor del primer Corán”.

Ya, en el siglo XV, Bernaldino de Brihuega, Diego y Sebastián Durón, se convirtieron en “personajes estelares del movimiento Barroco a unos niveles de grandeza, cantidad y calidad de obra”. 
La figura de Jesús Villa-Rojo se ha definido a través de unas inquietudes y de unos intereses artísticos que han tomado cuerpo en campos de acción diferentes. Así, en el campo de la creación compositiva, ha firmado un catálogo que abarca cerca del centenar y medio de títulos, encuadrados en casi todos los géneros, y ha logrado cuajar una obra entendida como un todo que responde a un pensamiento riguroso con capacidad de evolución y de profundización.


En la interpretación, como instrumentista, investigador y experimentador, ha servido también de estímulo para el trabajo de un sinfín de colegas, cuyas obras han tenido cobertura en numerosas ocasiones a través del Laboratorio de Interpretación Musical (LIM), agrupación que él mismo fundara en 1975 y desde entonces dirige.
Villa-Rojo, escritor, docente, organizador, divulgador y animador cultural, es autor de libros sobre El clarinete y sus posibilidades, Juegos gráfico-musicales, Notación y grafía musical en siglo XX, todos ellos de gran relevancia.