Hoy en día todo el mundo, todos los ciudadanos, se puede radicalizar.
La enfermedad de Alzheimer constituye un grave problema sociosanitario cuya incidencia y evolución están directamente vinculadas con el aumento de la esperanza de vida de la población. La situación de dependencia que genera afecta no solo a las personas que padecen directamente la enfermedad sino también al entorno de la familia y a otros colectivos o grupos sociales.
Queremos hoy hablar de esa Fiesta que está entre nosotros con toda su celebración, pues comamos y bebamos, como dijo alguien.
Se trataba de dar protagonismo a la diversión, a lo popular, de trasladar la fiesta a la calle, de recuperarla. Y para ello se inventó una tradición.
Como cada año las fiestas también llegan a Guadalajara y lo hacen cuando la mayoría de los pueblos han puesto fin a las suyas.
Toda la ciudad, desde las inmediaciones del Ferial Plaza hasta el Infantado, albergará diferentes actividades gracias al programa diseñado.
No se trata de alarmismo, que deberíamos percibir, son datos contrastados y avalados por agencias internacionales.
Por eso recordaba el mus. El Partido Socialista, o al menos su Secretario General, ve la actual situación como un pulso, en el que él mismo se sitúa enfrente, no sabemos muy bien si del Partido Popular o de los propios dirigentes de su Partido que cuestionan su liderazgo.
Cuando se conoce bastante bien el recorrido de la fiesta ganchera se acuerda uno del canto en prosa que de ese duro y peligroso oficio hizo Sampedro.
Nuestro optimismo nos impide contemplar la opción de unas terceras elecciones, máxime cuando queda tiempo y algunas balas en la recámara.
Es el Alzheimer una enfermedad tan cruel. Roba el pasado y anula el presente. Hace que hombre y mujeres fuertes y valientes se sientan como niños desvalidos y asustados, incapaces de reconocer a la persona que les cuida, que les ama y a la que aman, aunque ahora ya no lo saben.
Cuando los hombres y mujeres del Tiempo anuncian desde la tele lluvias en la Ibérica o en las montañas centrales me dan ganas de coger el coche y a cualquier otro pueblo del norte de la Sierra Norte porque es probable que allí llueva.
Entre el bullicio de las fiestas tiene lugar un significativo y emotivo acto cada viernes de Ferias en la casa de todos los ayuntamientos de la provincia y como homenaje a su ediles, aquellos hombres y mujeres que dedican parte o la totalidad de su tiempo a resolver los problemas de sus localidades y convecinos.
Días de mucho, vísperas de nada. La sentencia fatalista del refranero sobrevuela estos días la Cortes, donde cada año se aprueban o reforman una media de quince leyes y treinta decretos-leyes con sus reglamentos.
Durante días he estado pendiente e impaciente por saber qué iba a instalar en el Ayuntamiento en el desmonte que estaban llevando a cabo varios operarios en el parque de la Concordia.
El trato que la señora alcaldesa de Madrid otorga a personajes e instituciones de una guisa es muy distinto al de otras.
Hoy en día, todo el mundo, todos los ciudadanos se pueden radicalizar.
Es preocupante y vergonzoso ver cómo se habla y trata el tema de la pobreza, en forma convencional, ficticia, indiferente y farisaica.
Entre las muchas imágenes para el recuerdo que dejaron los Juegos de Río, hoy quiero fijarme en las lágrimas de tristeza del gran tenista serbio.
No constan en el alcalde de Molina, Jesús Herranz, fervores taurinos. Ni lo contrario. Pero por primera vez desde la Guerra Civil, las ferias se han quedado in festejos taurinos.