Conoce el paisaje marciano del Cañón del Colorado español
Varios escaladores han tenido que ser rescatados de sus cautivadores parajes rojizos que evocan paisajes agrestes de marte. Estamos hablando del Cañón del Colorado español, de un insólito lugar emplazado en la linde de la Comunidad de Madrid con Guadalajara y que atraviesa el término municipal guadalajareño de Valdepeñas de la Sierra, tras serpentear a través de Patones de Arriba y el pantano Pontón de la Oliva.
Las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra son una ladera de tierra arcillosa que ha sufrido un fuerte efecto de erosión por las lluvias y posiblemente por surgencias de agua en esa ladera. Como consecuencia se han producido Cárcavas, o sea profundas zanjas en el terreno, que hace que lo que ha quedado en pie sean puntiagudas agujas de color rojizo que forman un espectacular paisaje.
Ese extraño paisaje de corredores se completa con un entorno lleno de jara con su preciosa flor blanca y su agradable olor. Las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra son una ladera de tierra arcillosa.
El camino se inicia en el margen derecho de la carretera M-134, una vez sobrepasada la población de Patones de Abajo, que da paso a la presa del Pontón. Ésta emerge como una pared de muros escalonados, fruto del trabajo de centenares de presos de la época, y que nunca llegó a ejercer su cometido, ya que al finalizar su construcción se constató, que sufría innumerables filtraciones en el terreno colindante por lo que el agua desaparecía bajo el muro del embalse.
Impresiona la pasarela colgada, en la pared del cañón y que deja al descubierto las condiciones de trabajo en las que fue realizada la presa, también en este punto se pueden apreciar los acantilados en los que los escaladores demuestran sus habilidades.
El perfil de la ruta desde el GR-10, es de escasa altitud salvo por un pequeño repecho entre lomas al inicio de la ruta. Es por tanto adecuada, para realizarla de forma tranquila y sin mayores requisitos que un buen calzado y el agua necesaria. Hay que seguir el curso del sendero hasta el arroyo de La Lastra, y por su ladera siguiendo el discurrir de las aguas acabaremos en el interior de las Cárcavas. Cuevas y canales, que con precaución permiten disfrutar de una maravilla creada por la naturaleza. El camino discurre por el canal central, ya que la mayoría del resto de canales no tienen salida.
Para terminar en el alto de las Cárcavas, accedemos por una ladera, tras una pequeña subida algo pronunciada. Una vez coronada la cima, podemos hacer fotos, desde una vista privilegiada, para que el día de excursión sea imborrable.
Tenemos también la posibilidad de realizar la excursión por lo alto del terreno, sin tener que descender, lo cual lo hace más sencillo. Desde esta posición podemos descubrir las paredes verticales, cresterías, pináculos en continuo crecimiento y favorecidos por la ausencia de vegetación. Hay que tener precaución si nos acercamos al borde, ya que el material no es tan firme y puede haber riesgo de derrumbe. El sentido de la marcha es Noreste, dejando las cárcavas a la derecha, donde el paisaje es árido, esculpido por el viento. Terminamos la marcha en un pequeño pinar, en el que a la derecha y coronando una pequeña loma, encontramos el vértice de la Sierra de Guadarrama. El regreso se produce por el pinar, hacia las Cárcavas en sentido contrario al inicial.
Hay posibilidades de recorrer otras rutas por senderos en la zona, que nos llevan a descubrir parajes naturales y fauna del lugar, desde vacas pasando por algún ciervo.