Cuando la tragedia sonríe

19/02/2018 - 13:24 J. Pastrana

Allí donde habita la comedia negra existe un lugar aún más oscuro en el que las películas de Martin McDonagh beben cerveza. Peligrosamente cercano a la tragedia, el director demuestra con ‘Tres anuncios en las afueras’ que justo antes de la desesperación, o quizás un poquito después, está la sonrisa. 

TRES ANUNCIOS  EN LAS AFUERAS

    Director: Martin McDonagh.
    Reparto: Frances McDormand, Woody Harrelson,  Sam Rockwell,  Peter Dinklage.
    Guión: Martin McDonagh.
    País: EE UU (2017).

La que parece llamada a ser obra mundialmente reconocida de McDonagh, o al menos eso es lo que permite intuir su triunfal paso por los Globos de Oro, comparte espíritu con otra gran  película del año pasado: Manchester frente al mar. No busquen en ellas similitudes temáticas, porque no las hay, pero sí tienen en común un protagonista abrumado por el dolor y la culpa... algo a lo que Mcdonagh suma otro personaje repleto de ira y uno más enfrentado a la fatalidad. Y en medio de todo eso, la sonrisa y el coraje para seguir adelante... o para no hacerlo.

El guionista y director regala a Frances McDorman un papel potente, de los de Oscar. Es quizás demasiado perfecto, hasta en sus aparentes imperfecciones, casi un cliché, pero ella logra convertirlo en un ser humano. Y casi lo mismo se podría decir de los policías interpretados por Harrelson y Rockwell, metáforas más que personajes, pero metáforas arrebatadoramente humanas. 

Como ya hiciera en sus anteriores trabajos, McDonagh parte de un grotesco punto de partida para echar a rodar su historia. Una mujer, frustrada porque la policía es incapaz de encontrar al hombre que violó y asesinó a su hija, decide alquilar tres carteles de carretera a las afueras del pueblo para meter presión a las autoridades, pero la  película no reside ahí, para nada. Esa es sólo la excusa. 

La verdad está dentro, en la complejidad de esas metáforas, cada una perdida en su propio verso, que deben aprender a vivir en la misma poesía. 
Qué grande es el cine cuando fascina, cuando atrapa e intriga. Qué difícil es encontrar una película tan humilde como ésta por un lado y con tantas ideas por otro. La seca brutalidad con la que el director afronta la violencia es el complemento perfecto para la delicadeza de las emociones que asoman en pantalla. Hacer una buena película es dificilísimo. Conectar con ella, un placer.  

PARA GUARDAR
El humor negro y la humanidad que respiran todos los personajes, sobre todo en las contadas ocasiones en las que  emerge su bondad.

PARA OLVIDAR
A un servidor no le gusta Sam Rockwell, es como si siempre estuviera sobreactuando para resultar más despreciable de lo necesario.