Cuando nevar fue ilegal

24/01/2021 - 12:27 María y Laura Lara

El Ayuntamiento de Siracusa (Nueva York) declaró ilegal nevar antes del 24 de diciembre de 1992, y curiosamente la atmósfera obedeció, no registrándose hasta el 26 de ese mes.

La nevada de enero de 2021 ha marcado un hito en los recuentos de precipitaciones. En la Historia Contemporánea de España se tiene constancia de la “nevadona de los tres ochos”. Así se denominó al temporal de febrero-marzo de 1888. Afectó a Asturias y Cantabria, donde estaban acostumbrados a los copos de nieve, pero por supuesto que se quedaron asombrados al contemplar que la masa blanca llegaba hasta los 6 metros y tapaba las casas de Reinosa.

El 29 de noviembre de 1904 la nieve alcanzó el metro y medio en las calles de Madrid. Más adelante, en 1926, por Navidad, la nevada se centró en el sudeste peninsular, en concreto en Alicante, Murcia,

Almería y Málaga. Y lo llamativo de otra nevada,la de 1957, fue que tuvo lugar muy temprano, el 2 de octubre, a inicios del otoño.

Se ha comparado la borrasca Filomena con la situación que se planteó en Madrid en 1971 cuando no paró de nevar, ininterrumpidamente, desde el 7 hasta el 9 de marzo. Entonces se vio a población esquiando por el Parque del Oeste, como también ha sucedido este invierno por la Puerta del Sol.

En las últimas décadas, se recuerda que en la Noche de Reyes de 1997 la nevada atizó Fuenlabrada y Valdemoro. Y, un 23F, aunque no de 1981, sino de 2005 y de 2009, Madrid padeció las consecuencias de la nieve, quedando en el último año citado colapsados la A6 y el aeropuerto de Barajas. 

Vivimos tiempos en que las autoridades políticas tienen que intervenir como árbitros regulando movimientos que, hasta 2020, eran totalmente libres: salidas del hogar, compras, reuniones, viajes, etc. Y, ¿si a algún gobierno se le ocurriera prohibir la nieve? Pues no sería nada nuevo, ya que en Estados Unidos la nieve estuvo vetada por decreto. La normativa se aplicó a Siracusa, una ciudad del estado de Nueva York.

Su ayuntamiento declaró ilegal nevar antes del 24 de diciembre de 1992, y curiosamente la atmósfera obedeció, no registrándose hasta el 26 de ese mes.

De la época en que María vivió en Estados Unidos, como Fellow de Harvard, en Cambridge (Massachusetts), rememora la asiduidad de la nieve. No obstante, la oleada más fuerte fue la producida en Buffalo, ciudad de Nueva York, en 1977. Se combinaron acumulaciones de 5 metros de altura con rachas de viento de más de 130 kilómetros por hora.

Murieron 13 personas. La colosal tormenta destruyó techos y tejados, dañó viviendas y negocios, llevó a la cancelación de vuelos y bloqueó a automovilistas hasta por dos noches en determinadas autopistas.

“Año de nieves, año de bienes”. Eso esperamos. Porque, si tenemos en cuenta la pandemia que estamos sufriendo desde hace casi un año en el planeta, parece que la humanidad está necesitada de una sonrisa.