El año del artículo 155

07/12/2017 - 12:50 Pedro Villaverde Embid

El artículo 155 ha servido para resolver, eso sí momentáneamente,  una crisis política grave y demostrar la utilidad de la Carta Magna.

La Constitución Española, refrendada por una inmensa mayoría de los ciudadanos deseosos de libertad y democracia, ha cumplido este miércoles 39 años. En este tiempo ha servido como marco de convivencia para alcanzar mayores cotas de derechos, mejoras sociales y prosperidad económica permitiendo avanzar y vivir en paz. Durante su andadura hemos padecido el cruel terrorismo de ETA, el golpe de Estado militar, la entrada en la Unión Europea, varias crisis económicas, con alternancia mientras tanto en el poder de partidos de distinto signo político. Fue reformada en un artículo para poner techo de gasto que impidiese los delirios presupuestarios de las administraciones y en 2017 ha sido aplicada para convocar unas elecciones autonómicas en una región cuyo gobierno decidió saltarse la legalidad. El artículo 155 ha servido para resolver, eso sí momentáneamente,  una crisis política grave y demostrar la utilidad de la Carta Magna escrita con el consenso de sensibilidades muy distintas que confluyeron por el interés superior de crear una país capaz de reconciliarse.  Fue una herramienta vital en momentos muy delicados  para dejar atrás la dictadura y emprender un camino de progreso y es hoy el eje, el documento base, sobre el que seguir construyendo una gran nación. Han pasado casi cuarenta años de una obra conjunta magistral en la que todos los políticos tuvieron visión de Estado, supieron ceder, negociar, dialogar, entenderse y darnos un futuro. Y no dijeron que no pudiese ni tocarse una coma de su articulado. Al contrario, establecieron los mecanismos para introducir cambios, que básicamente se reducen a uno, que haya amplia mayoría para aprobar cualquier modificación, es decir, que de nuevo exista acuerdo entre los máximos posibles. Lo vivido en Cataluña, la realidad de que dos millones, aproximadamente, de ciudadanos quieran la independencia, manifiesta el descontento de una parte importante de catalanes que no se puede obviar como tampoco que la soberanía reside en todo el pueblo español.  PP, PSOE, Ciudadanos y el nacionalismo tienen que reunirse para afrontar lo que está pasando y hacer más fuerte todavía España. Para el 40 aniversario deberíamos ya remar  en esa dirección consolidando así la Constitución del 78.