El ataifor de Guadalajara, pieza única de referencia mundial
El martes 28 de junio tendrá lugar a las 19,30 horas en el Salón de actos del Museo de Guadalajara la presentación del libro “El ataifor de Guadalajara. El califa andalusí y la propaganda de su legitimidad”, coordinado por Miguel Ángel Cuadrado, Consuelo Vara Izquierdo y José Martínez Peñarroya
En la obra, editada por Ediciones de la Ergástula con la colaboración de la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara y del Ayuntamiento capitalino, se aborda el estudio de una pieza cerámica excepcional de cronología medieval: el “Ataifor de Guadalajara”, que ya forma parte de los fondos del Museo de Guadalajara y que actualmente está expuesto en una muestra monográfica en su Sala Azul.
El acto de presentación, que constituye el inicio de la distribución del libro, es también una de las actividades previstas en torno a esta excepcional pieza y su exposición temporal, ya que está previsto que se realicen una serie de conferencias temáticas a principios de otoño en el Museo de Guadalajara, así como la celebración de un simposio monográfico a principios del 2023 que contará con la presencia de especialistas en la materia de proyección internacional.
El Ataifor de Guadalajara es, sin duda, la pieza de cerámica andalusí más importante aparecida en muchos años, tanto por su valor artístico, como científico. Su aparición, en una excavación realizada en la propia ciudad de Guadalajara (calle Cervantes), ratifica la importancia de la medina andalusí de Wadi l-Hiyara, que se va desvelando lentamente según avanzan los estudios arqueológicos en los solares del casco antiguo.
Se trata de un gran cuenco del siglo X, decorado en verde y manganeso, que se ha convertido en un referente obligado para el estudio de al-Andalus, tanto por la calidad de su composición como por el simbolismo que encierra.
Su interpretación permite afirmar que el califato de Córdoba creó una forma propia de representar a su soberano, totalmente distinta a la que se había venido utilizando hasta entonces en los dos califatos ya existentes con los que entró en conflicto: el Abasí y el Fatimí, con la importancia que esto tiene para el estudio de la plástica medieval en Oriente y Occidente.
Esta figura, y unos fragmentos similares conocidos en otros lugares e identificados ahora gracias a ella, son claros ejemplos de la propaganda que desplegó el poder cordobés para difundir mediante símbolos, reconocibles por sus gobernados, el poder político y religioso de su líder, el premio por obedecerle, el castigo por contravenirle y junto a ellos, se incluyen también en esta soberbia composición su derecho legítimo a proclamarse califa y sus principales aspiraciones respecto al dominio del mundo musulmán.