
El Calvario de El Casar
Un lugar que tiene una estructura singular, única, y desde el que se observa un paisaje memorable, el valle del Jarama y las Somosierras nevadas. Pero hoy lo traigo porque además de su color ladrillo y sus tallas pétreas, tiene muchos más significados, fuerzas y mensajes. El Calvario de El Casar.
El segundo monumento en importancia de El Casar es (tras su iglesia parroquial) sin duda alguna El Calvario, que añade a su peculiaridad arquitectónica, lo maravilloso de su asentamiento, y los paisajes que desde él pueden dominarse. En un extremo del pueblo, al que se llega caminando por un paseo urbanizado y agradable, se alza este edificio que es obra de mitad del siglo XVII. Se trata de un humilladero o edificio final de Vía Crucis, en el que se alberga un Calvario o conjunto compuesto por las figuras de Jesucristo y los dos ladrones. Se concibió como un edificio sin techumbre, abiertos sus muros por amplios vanos de arcos semicirculares, y construido todo él con canto rodado y ladrillo, en aparejo tradicional de la comarca campiñera. Los vanos se cierran hoy todavía por rejas de hierro forjado. El efecto de los airosos arcos de ladrillo es magnífico. Y, por supuesto, el paisaje abierto donde asienta, y desde el que se puede admirar el conjunto de las sierras de Guadarrama y Somosierra, nevadas sus cumbres la mayor parte del año, suponen uno de los mayores atractivos de El Casar.
El Calvario de El Casar hace 50 años a punto del derrumbamiento.
En el interior de este curioso edificio se encuentran tres esculturas en piedra, que fueron originalmente talladas y colocadas en el siglo XVII, pero que dada la inclemencia continua del tiempo, y su permanencia al descubierto durante cuatro siglos, ha hecho precisa su renovación en varias ocasiones. La última, en 1986, en que se restituyeron todos sus vanos, hasta un total de ocho, protegidos por rejerías. Allí aparecen puestos sobre sus correspondientes cruces Jesucristo en el centro, y los dos ladrones a sus lados. En la basamenta de la cruz de Cristo se lee la siguiente leyenda: ESTE CALVARIO Y VÍA SACRA HIZO A SU COSTA EL BACHILLER DIEGO LÓPEZ CANONIGO DE SANCTA MARÍA DE ARVAS PRESBITERO DE EL CASAR A GLORIA Y HONRRA DE LA PASSION DE NUESTRO SEÑOR JESUCHRISTO RUEGUEN A DIOS POR ÉL. AÑO 1648, y que viene a decirnos muy claramente el nombre y la intención de quien mandó construir este edificio y su ornamentación interna.
No sobra aquí reseñar una apreciación que algunos visitantes y estudiosos han hecho de este Calvario o Humilladero de El Casar como un típico “locus sacrum”, un “sacromonte” o lugar sagrado en el que se conjuntan una serie de circunstancias que nos permiten verlo con otros ojos. Porque nada más llegar, y sobre todo si se viene andando desde el pueblo, al final de un camino recto y con un fondo de horizontes dilatados, algo te dice que el lugar tiene características muy especiales. Como figuras antropomorfas, tres individuos clavados o sujetos en cruces. El del centro es Cristo, crucificado, en el momento de su agonía. Y a los lados, dos individuos a los que los Evangelios Apócrifos calificaron y dieron nombre. A su derecha, Dimas, el Buen Ladrón. A su izquierda, Gestas, el Mal Ladrón. Esta última figura impresiona por la colocación de sus piernas, retorcidas, una detrás de otra, como en el “Colgado” del Tarot, en un claro “cruce de energías”, formando un “Número Cuatro” que en el Tarot se asocia a la materia, a la tierra, a lo perecedero… como son las bajas pasiones y la maldad de ese Ladrón Malo.
El Calvario de El Casar, hoy, es el símbolo arquitectónico e histórico de la villa.
Si entonces sacamos un péndulo, vemos que bajo el Calvario corre una gran corriente de agua, transversal, que alinea a los tres crucificados y luego hay tres pequeñas corrientes que afectan a cada uno de los tres personajes. A poco que se sepa de lugares energéticos, esos que tanto abundan sobre la “malla” de la superficie terrestre, se aprecia que el sitio está en una posición de la Red Peyre y que proporciona un sustento energético al espacio. Estos lugares o cruces de la Red Peyre conjuntan fuerzas hidrológicas (que pasan por el subsuelo) ante un espacio muy abierto en el que se ve la conexión entre la Tierra y el Cielo, creando un auténtico vórtice o lugar de conexión con la Trascendencia. Aquí se interconectan la Tierra y el Cielo por ser un lugar TRES, con tres cruces y un espacio muy abierto. Esto tiene el mismo significado que los lugares prehistóricos con menhires, pues en geobiología se sabe que cuando en un cruce Peyre sobre una corriente de agua subterránea hay una depresión del campo electromagnético, si se coloca un peso mayor de cien kilos el lugar se normaliza y equilibra. Así son los lugares donde se ven hoy todavía menhires, cruceiros, rollos y calvarios. No es descartable que la distancia de la corriente subterránea a la superficie esté reflejada de algún modo en el número de escalones en que se sustenta la cruz de Cristo. Todo es número y medida en la edilicia antigua, como nos dice Tibaldi al poner en la pintura de Salomón y la Reina de Saba que pinta en las bóvedas de la Biblioteca Laurentina de El Escorial, en caracteres hebraicos: “has dispuesto todas las cosas en medida, número y peso”. Según Arias Montano, el humanista y bibliotecario de El Escorial, con quien tanto confió el rey Felipe II, el mundo es analizado por gimnosofistas, y todo tiene su explicación y sentido si se analiza desde las perspectivas de la situación, del número y de las relaciones entre los elementos. Este Calvario de El Casar está además situado en una línea Este-Oeste, y tiene unas dimensiones en planta de 18,20 por 8,40 metros, lo cual supone un cuadrilátero solsticial que nos está diciendo de su uso anterior al cristianismo, de su ancestral origen, no siendo aventurado pensar que antes, mucho antes de poner allí este Calvario, hubo en el lugar algún altar sacrificial, propiciatorio o advocativo que desde tiempos prehistóricos vino usándose por la clara fuerza geotelúrica del entorno, por lo que a ese pequeño y sencillo espacio de esta villa del Casar podemos asignarle sin lugar a dudas el calificativo de “locus sacrum” o sacromonte consagrado.
El Calvario es protagonista de la portada del nuevo libro sobre El Casar.
Aunque hay muy pocos ejemplos en España de este tipo de construcciones o ermitas abiertas, es de recordar que en el término de Algete, y rematando una colina de similares características a esta de El Casar, se alza otro Calvario de muy parecida estructura. En cualquier caso, este es más grande y mejor ornamentado.
Las figuras existentes en el Calvario de El Casar son Cristo, Dimas y Gestas.