El ‘desierto’ alcarreño que esconde los restos de 30 ermitas

24/06/2024 - 19:13 P.C.V

Este desierto es un paraje remoto e inaccesible. Allí se asentaron tres frailes carmelitas que construyeron sus primeras ermitas con materiales muy básicos: piedras y ramas. Fue en el 17 de agosto de 1592.

FOTO: HERRERA CASADO

A partir de ahí fue el edén espiritual de estos religiosos, lugar de retiro, que se transformó en convento, de mayor entidad, ya entrado el siglo XVII. Tenía capilla, claustro, celdas, refectorio y biblioteca. Lo rodeaban multitud de ermitas. En la actualidad  permanecen los restos más o menos conservados de más de treinta pequeños templos.

FOTOS: JOSEFO LUDOVICO "HELIODORO"

Si aún no sabes de qué te hablamos, el Desierto de Bolarque es un paraje y conjunto monasterial en ruinas situado cerca de Sayatón, aunque en el término municipal de Pastrana, en La Alcarria.

Está en un lugar casi inaccesible, en la sierra de Altomira, en la orilla derecha del Tajo, pantano de Bolarque.

Tan escondido está este misterioso lugar que durante la Guerra de la Independencia, los franceses lo buscaron muchas veces para saquearlo, pero nunca lo encontraron. Incluso corrió una leyenda que contaba cómo, en varias ocasiones, tormentas repentinas y nieblas que surgían del fondo del Tajo hicieron perder el camino a las tropas napoleónicas, cita de revista Solana.es.

En 1836 la Desamortización de Mendizábal forzó el abandono de este lugar paradisíaco. Los frailes se fueron, exclaustrados. “Algunos se quedaron a vivir en Sayatón, incluso se casaron y hoy viven allí sus descendientes”, señala el cronista provincial y colaborador de Nueva Alcarria, Antonio Herrera Casado. “Muchas de las riquezas artísticas que encerraba Bolarque se trajeron a Pastrana y hoy en su colegiata se exponen”, prosigue. Entre otras: “La talla salcillesca de la Divina Pastora, o con el óleo de Diricksen que representa a María Gasca, más algunos retablos, reliquias y enterramientos con escudos”.

Pese a que se le denomina desierto, hablamos de un paraje idílico, tan arbolado como verde, rodeado de naturaleza. Sobre el lugar escribió fray Diego de Jesús María su Desierto de Bolarque, yermo de carmelitas descalzos, y descripción de los demás Desiertos de la Reforma.

Para llegar al desierto lo mejor es adentrarse por la finca privada de La Pinada -previo permiso a sus propietarios- y por un camino hasta el barranco del Rubial para seguir por la antigua senda de los frailes. Aunque el mejor acceso es por barca a través de las aguas del pantano de Bolarque.

FOTOS: Josefo Ludovico “Heliodoro”

 

UBICACIÓN: Google Maps

 

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