El Obispo bendijo palmas y ramos dando paso así a una Semana Santa más austera
Esta mañana se celebró en la Concatedral de Santa María el Domingo de Ramos, primera festividad de la Semana Santa, poniendo así fin a la Cuaresma, que comenzó el Miércoles de Ceniza en el mes de febrero.
FOTOS: RAFAEL MARTÍN SOLANO
En el acto se dieron cita numerosos vecinos de Guadalajara, hasta donde llegó el aforo del templo, siempre ajustado a la normativa Covid; distinguidas personalidades del mundo social, político e institucional en un acto presido por el Obispo, Atilano Rodriguez. Entre otras personalidades se dieron cita el presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Guadalajara, José Gonzalez Vegas; una amplia representación del Obispado, así como el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo; el presidente de Diputación provincial, José Luis Vega; el delegado provincial de la Junta, Eusebio Robles; así como el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido.
Como es tradición de forma previa a la misa se llevó a cabo la bendición de los ramos y las palmas, para dar paso a la solemne liturgia, en la que se conmemoró lo descrito en los evangelios: la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a lomos de un asno, aclamado triunfalmente por una multitud como el Mesías. Sus seguidores, dicen las Sagradas Escrituras, lo recibieron al grito de “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.
Ayer por la mañana se celebró en la Concatedral de Santa María el Domingo de Ramos, primera festividad de la Semana Santa, poniendo así fin a la Cuaresma, que comenzó el Miércoles de Ceniza en el mes de febrero. En el acto se dieron cita numerosos vecinos de Guadalajara, hasta donde llegó el aforo del templo, siempre ajustado a la normativa Covid; distinguidas personalidades del mundo social, político e institucional en un acto presido por el Obispo, Atilano Rodriguez. Entre otras personalidades se dieron cita el presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Guadalajara, José Gonzalez Vegas; una amplia representación del Obispado, así como el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo; el presidente de Diputación provincial, José Luis Vega; el delegado provincial de la Junta, Eusebio Robles; así como el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido.
Como es tradición de forma previa a la misa se llevó a cabo la bendición de los ramos y las palmas, para dar paso a la solemne liturgia, en la que se conmemoró lo descrito en los evangelios: la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a lomos de un asno, aclamado triunfalmente por una multitud como el Mesías. Sus seguidores, dicen las Sagradas Escrituras, lo recibieron al grito de “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.