
En los márgenes: Vidas al filo
Si hay algo que sorprende de Juan Diego Botto en su estreno como director de cine es la confianza con la que mueve y usa la cámara para generar emociones y no solo para retratarlas. En su ópera prima, el hasta ahora intérprete y para la ocasión guionista y director, no quiere limitarse a grabar interpretaciones. Demuestra tener ambición y se lanza a la complicada tarea de emocionar con imágenes.
En los márgenes es una historia coral sobre el desahucio, que no la okupación. Dos caras de un problema que se puede abordar desde multitud de ángulos. En este caso hablamos de deshaucio, de personas que pierden su casa por no poder pagarla. De vida que se rompen y de otras que se han acostumbrado a estar rotas.
Entre esta historias está la de un abogado reconvertido en justiciero social que trata de ir tapando con tiritas las brechas de una presa que se rompe a pedazos. Y esa presa no es la misma sociedad, qué va. La sociedad seguirá entera mientras lo que se resquebraje sea el último pedazo de vida de quienes viven en esos márgenes que dan título a la película. Eso sí, unos márgenes que amenazan con terminar comiéndose el folio entero... o prendiéndole fuego, vaya usted a saber.
Tosar es el abogado idealista cuya vida personal se desmorona mientras intenta luchar contra todo. Es una pieza fundamental para entender la historia y pasear a través de ella. Él es el auténtico motor de la trama, aunque Penélope Cruz esté a los mandos de uno de esos personajes de barrio que tan bien se le dan interpretar. Suya y de Juan Diego Botto es una de las escenas más fuertes de la película, al menos sobre el papel, porque lo cierto es que no termina de funcionar como debería.
En los márgenes es brillante cuando muestra, cuando es la cámara quien nos guía y los silencios los que hablan. Tan solo encuentra pequeños obstáculos en un guion que pretende explicar demasiado, a veces incluso haciendo más política que historia, al espectador. Emociona y descubre un talento a tener en cuenta en este Juan Diego Botto que parece tener cosas que contar.