En recuerdo a Paco Marquina

15/01/2022 - 16:02 Pedro Villaverde Embid

Él, como nadie se especializó en la figura y obra de Camilo José Cela,del que deja dos biografías consideradas por los críticos como fundamentales para su estudio, libros y un sinfín de imágenes de encuentros sociales en compañía del Nobel.

Por Pedro Villaverde Embid

Nadie muere mientras es recordado y eso eleva a inmortal a Paco García Marquina. Su obra, inmenso legado, quedará para la eternidad por escrito como expresión de la sabiduría de un hombre al que se puede calificar como genio sin exagerar e igualmente de personaje porque así lo fue no solo para Guadalajara donde protagonizó y asistió a centenares de actos culturales, sino igualmente a nivel nacional, ámbito en el que encontró reconocimiento a la calidad de su poesía, pues ante todo fue un poeta, alguien que amó la vida, la naturaleza, la familia, los amigos, los animales y lo supo expresar en poemas.

  En lo personal  fue hombre con un particular sentido del humor, agradable, cercano, seductor, con ese don que han venido a llamar empatía, sencillo cuando sus méritos, capacidades y premios eran abundantes. Compartir un rato con él resultaba didáctico, divertido, original, enriquecedor. Era polifacético en un mundo en el que la mayoría vivimos especializados en algo y somos profanos de  casi todo. 

  Dominó las letras, en verso o prosa, las ciencias, siendo biólogo, la fotografía obsequiando a la provincia con el libro El retratista ambulante con instantáneas de la vida rural de antaño realizadas con su vieja cámara que incluían retratos de ancianos y niños. Fue un experto en fauna y flora gestionando una piscifactoría en Caspueñas, su primera residencia en la provincia, conociéndose los ríos, explicando al detalle todas las especies florales mencionadas en ‘Viaje a la Alcarria’. 

  Él, como nadie se especializó en la figura y obra de Camilo José Cela,del que deja dos biografías consideradas por los críticos como fundamentales para su estudio, libros y un sinfín de imágenes de encuentros sociales en compañía del Nobel. En su casa se gestaron los premios de poesía Río Ungría y Río Henares  y escribió centenares de artículos en prensa. Su muerte ha originado una lluvia de elogios hacia sus infinitas cualidades entre las que se encontraba su don de gentes. Sin duda ha sido un privilegio haberle tratado y guardar bonitos recuerdos de los momentos compartidos con él y ‘Toya’. Ellos daban brío a cualquier fiesta y forman parte de lo más magnífico de nuestra provincia. Gracias maestro.