Este año habrá 'pasión' en las calles


Sin procesiones, la Semana Santa no será tan espectacular y turística como en años anteriores, pero seguirá siendo ‘santa’ por lo que se celebra: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús.

Este año, las procesiones religiosas que en Semana Santa inundan las calles de “pasos”, con imágenes de los protagonistas de la Pasión de Jesús, harán “estación de penitencia” en los templos y en las casas. Los “pasos”, lujosos y artísticos en unos casos y humildes en otros no darán tono vital, fuera de los templos, a la religiosidad popular en la semana más grande y santa del año para los cristianos. Tampoco habrá nazarenos recorriendo las calles, paso a paso y en silencio, acompañados por el redoble de tambores y el dolor desagarro de las saetas.

La supresión de procesiones y el vía crucis por las calles, para no azuzar el fuego de la terrible pandemia que está consumiendo la vida de mucha gente desde hace un año largo, no elimina la Semana Santa en su sentido más profundamente religioso, sino que le da una nueva dimensión porque este año “la procesión va por dentro”, y lo que se pierda de vistosidad y alegato público de fe se ganará en interioridad. Sin procesiones, la Semana Santa no será tan espectacular y turística como en años anteriores, pero seguirá siendo “santa” por lo que se celebra: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús, el Hijo de Dios. Este hecho histórico para todo el mundo, y de fe para los cristianos, tendremos que vivirlo en los templos y ante los crucifijos de nuestras casas, y sobre todo en los corazones, que es lo verdaderamente importante.

Las imágenes de la Pasión no saldrán de los templos y capillas, pero en la calle habrá “pasión”, “pasión viviente” de muchos hermanos y hermanas nuestros que van por la vida con la cruz a cuestas: enfermos, ancianos, emigrantes, personas sin techo y sin techo, sin empleo y sin recursos,… Son “cristos vivos” que necesitan “cirineos” que les ayuden a llevar su cruz. Algunas cofradías y hermandades de Semana Santa tienen lista de espera para participar en sus desfiles procesionales, pero para ayudar a los más necesitados y vulnerables quedan aún muchas plazas libres. Para comprobarlo, basta con llamar a Cáritas, Manos Unidas, o a cualquier otra organización social y de beneficencia.

Los “pasos” de Semana Santa” no son solo representaciones del pasado, sino que tienen plena vigencia. Los personajes de la Pasión de Jesús, salvando las distancias, se repiten y transfiguran en la actualidad. Jesús camino del Calvario y María su madre (“La Dolorosa”) acompañándolo, son la imagen viva de la angustia, el desamparo, la soledad, el sufrimiento y el dolor producidos por la pandemia, con más de 70.000 fallecidos en España. “El Cirineo”, ayudando a Jesús a llevar la cruz, es la imagen de los profesionales sanitarios, personal de servicios “esenciales” y voluntarios y voluntarias, que siguen dando lo mejor de sí mismos para salvar las vidas de otros o aliviar su sufrimiento. “La Verónica”, limpiando con su pañuelo el rostro ensangrentado de Jesús, es la imagen de tantas mujeres (muchas de ellas emigrantes y la mayoría con trabajos precarios) que cuidan a los enfermos y ancianos en sus casas y en las residencias. Pilato, lavándose las manos después de condenar a un hombre inocente, es la imagen de muchos de nosotros que tiramos la piedra y escondemos la mano.

Este año, habrá “PASIÓN” (con mayúsculas) en las calles, en los templos y en los corazones. Tenemos SEMANA SANTA, con o sin procesiones, y lo que debemos hacer es vivirla a fondo cada uno según su fe y su conciencia.