Fiesta, Belén y misterio de la Navidad


Las asociaciones de belenistas, 80 en toda España, están haciendo una gran labor para conservar y potenciar esta cristiana tradición. La de Guadalajara, fundada en 1971, es un referente del belenismo en la ciudad.

La Navidad actual tiene tres momentos: la fiesta, el belén y el misterio por este orden, aunque debería ser al revés: misterio, belén y fiesta. La “fiesta”, en sus múltiples modalidades -vacaciones, viajes, comidas, cenas, regalos…-ha ido ganado terreno hasta convertirse en el epicentro de la Navidad. La fiesta siempre es bien recibida porque alegra el cuerpo y el espíritu y si es “familiar”, como en el caso de la Navidad, mejor que mejor. Debemos recuperar la “fiesta familiar” de la Navidad tras el impacto de la “pandemia” que “obligó” a suspenderla temporalmente. Este año, la “fiesta de Navidad” está afectada por la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis económica que ha provocado hasta el punto de poner a muchas familias al borde de la supervivencia, y a todas las demás nos ha hecho plantearnos la necesidad de “reducir” gastos y ser más “austeros” y “solidarios” con los de dentro y fuera de nuestro país. La austeridad no está reñida con la Navidad, al contrario, la limpia de impurezas que nada o muy poco tienen que ver con el hecho histórico que recordamos y revivimos en estas fechas. Para celebrar “la alegría” del nacimiento de Jesús no hace falta tirar la casa por la ventana, ni gastar más de lo justo, necesario y conveniente.

El “belén, con la representación plástica del hecho histórico del nacimiento del Hijo de Dios, es el segundo momento de la Navidad actual. El belén es el Evangelio de la Infancia de Jesús en vivo y en directo y su origen se remonta a los tiempos de San Francisco de Asís (siglo XIII) quien tuvo la feliz idea de “recrear” el nacimiento de Jesús. El rey Carlos III conoció el belén “franciscano”, en Italia, y lo implantó en su reino. El belenismo arraigó con mucha fuerza en España hasta el punto de que el belén no solo se instala en las iglesias sino también en las casas particulares y lugares públicos de pueblos y ciudades. Belenes que van desde el “misterio” (Jesús, María y José), sin apenas añadidos, a los más artísticos y costumbristas salidos de la imaginación de sus creadores. Las Asociaciones de Belenistas, 80 en toda España, están haciendo una gran labor para conservar y potenciar esta cristiana tradición. La Asociación de Belenistas de Guadalajara, fundada en 1971, es un referente del belenismo en la ciudad.  Lamentablemente, el “árbol de navidad”, de importación nórdica, está desplazando en muchos casos y en muchas casas al belén. El “árbol de Navidad” lo trajo a España, en 1870, una princesa rusa casada con un noble español. El “árbol de Navidad”, abeto, pino y últimamente árboles artificiales, se decora con bolitas, luces intermitentes y regalos supuestamente enviados por Papá Noel (Santa Claus), que quiere emular a los Reyes Magos, pero hoy por hoy, en España, éstos son insustituibles.

  El nacimiento de Jesús, el “misterio”, es la piedra angular de la Navidad y si prescindimos o nos olvidamos de este hecho histórico, la Navidad pierde su verdadero sentido. El recuerdo y la vivencia de este extraordinario acontecimiento bien merece “celebrarse”, pero priorizando lo que es esencial, en este caso, el nacimiento del Hijo de Dios, que se hizo hombre y habitó entre nosotros. “Un ángel del Señor se apareció a los pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas y les dijo: “No temáis, os traigo una buena noticia que será motivo de alegría para todos: hoy os ha nacido en la ciudad de David un salvador, que es el Mesías, el Señor. Como señal, encontrareis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2,8ss).