Greenpeace denuncia que la cuenca del Segura oculta entre 500 y 800 hm3 anuales

24/06/2022 - 16:39 FCV

La organización ecologista pone el ‘grito’ en el cielo por el hecho de que el Mar Menor está recibiendo el exceso de agua del trasvase que, tras brotar de las capas superficiales (freáticas), arrastra fertilizantes. FOTOS: GREENPEACE

En un reportaje elaborado por Greenpeace bajo el título ‘el trasvase de todos los males’ arranca con un alarmante dibujo de la situación: “Aunque el trasvase del Tajo al Segura se creó con la excusa de que en el sureste español no había agua suficiente, la realidad es que, con el paso de los años, se ha visto que su impacto medioambiental, tanto en la cuenca cedente como en la receptora, ha sido muy negativo y su impacto económico se ha dejado sentir en un grupo muy concreto de empresas agrarias y ganaderas que han sabido acaparar la mayoría de los recursos sin importar demasiado el coste o el impacto de su actividad”. 

Un estudio que realizó Greenpeace en 2017 ponía de manifiesto que la cuenca del Segura ocultaba entre 500 y 800 hm3/año de agua, y que podría tener un superávit de 200 hm3/año si se gestionaban correctamente las aguas subterráneas renovables; además de la procedente de desaladora y las aguas desalinizadas y recicladas, “un proceso que podría hacerse en tres años hasta alcanzar la independencia del trasvase”.

Exceso de agua con vertidos agrícolas en la rambla del Albujón, Los Alcázares, el pasado mes de mayo. ©Greenpeace/Pedro Armestre.

Y es que en la región de Murcia no se administra de forma sostenible el agua que se trasvasa desde los pantanos de Entrepeñas y Buendía. Según Greenpeace, por un lado, hay afloramiento de este caudal desde las capas freáticas a la superficie, derivado del riego excesivo de las extensiones de cultivo. Este exceso, junto a los vertidos de la sal procedente de desalobrar agua de pozo, los está pagando la laguna del Mar Menor, problema que se agudiza cuando esta agua lleva además nitratos procedentes del abono de los campos.

Según Greenpeace, “la comunidad científica coincide en que la llegada continua de agua del trasvase al Campo de Cartagena ha provocado que el nivel freático haya aumentado hasta el punto de que es habitual que el agua brote en determinadas partes bajas porque no se filtra con la suficiente celeridad al mar”.

El efecto del exceso del agua por el trasvase se ve en varios puntos por los que el agua que rebosa del riego se canaliza por ramblas como la del Albujón, que se supone debería estar seca salvo en momentos de fuertes lluvias pero que como Greenpeace pudo comprobar hace pocos días “vertía agua al Mar Menor como si de un río se tratase”.

Además también llega la salmuera que se obtiene de desalobrar agua de pozo con alto contenido el sal, como la operación Topillo puso de manifiesto. “En definitiva, la laguna recibe exceso de agua salada y cantidades industriales de fertilizantes que lo están literalmente matando con la proliferación de las algas que forman la “sopa verde”, denuncia Greenpeace.

¿Cómo se produce y perpetúa un modelo así? 

En Greenpeace se ha analizado “este emblemático caso de la mala, malísima, gestión en la Región de Murcia”. La organización ecologista ha detectado los principales actores que toman parte: “Desde las empresas, hasta las administraciones implicadas”. En lo concerniente  al trasvase, “destaca un ente como el SCRATS (Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura), que reparte el agua que llega de Castilla-La Mancha y que ejerce un poder inusual en la región, que es la principal exportadora de productos agrícolas del país, lo que la convierte en un caso paradigmático de exportación de agua”.