“La CHT no permite a nadie que acometa el desbroce de los cauces desde hace años”
Los propietarios del molino que hay debajo de Saelices de la Sal se levantaron sobresaltados a las 3:00 de la madrugada del 30 de octubre. El agua, procedente de un desbordado Arroyo de la Vega, alcanzaba medio metro en la planta de abajo. Bajó en tromba desde su nacimiento, en la linde entre Sotosos y Saelices de la Sal, e inundó asimismo dos cocheras, varias paredes, cuyas piedras se han precipitado sobre el cauce, así como huertos y jardines, dejando los caminos de los términos adyacentes destrozados, imposibilitando el acceso de los agricultores a sus fincas. El partido de abajo de las Salinas de San Juan, Bien de Interés Cultural (BIC), ha quedado cubierto por el lodo. “Cuando empiece la nueva temporada lo primero que habrá que hacer es limpiar todo el lodo que hay”, lamenta el alcalde, José Luis Sotillo.
El agua descendía por las laderas y por la carretera que baja al molino y un camino; se juntó con la enorme corriente del río Salado y anegó todo lo que encontraba a su paso.
Sotillo atribuye el desbordamiento a “la mala limpieza de los cauces, que arrastraron carrizos secos, causaron el taponamiento de dos puentes, lo que hizo desbordara en el río". La CHT no permite a nadie que acometa el desbroce de los cauces desde hace años. “Lo normal es que hubiera subido un poquito, pero no se habría taponado el arroyo”, ilustra. “Estamos trasladando a todas las autoridades que el problema es que tienen que hacer algo para que la Confederación cumpla con su función”, asevera.