La educación de Leonor
Todos los padres queremos que nuestros hijos tengan una buena educación y, en el caso de Leonor más bien es una exigencia imprescindible.
Ha aparecido en mi terraza un tímido avance de primavera en forma de diminutos brotes verdes. Es una sorpresa, cuando regresé de un verano tórrido, encontré muchas plantas quemadas por el calor y tiré todo lo que no tenía rastro de savia. Me equivoqué, porque hoy, en una tierra reseca, los emisarios de la primavera asoman sus puntas verdosas anticipando una pequeña cosecha de narcisos. Solo para un jarrón, pero suficientes. Culpable por el abandono, los he regado con largueza aprovechando que salía el sol y la calle de Madrid se llenaba de alegría.
He visto en televisión una bochornosa encuesta a jóvenes de 15 a 22 años y resulta que la mayoría ignora quién fue Cervantes o Sorolla. No saben cuántas provincias integran Andalucía ni por dónde cae Salamanca y creen que Franco fue un rey español. Y una chica muy simpática ha dicho que el presidente de Estados Unidos es John Lennon. Están contentos sin saber que García Lorca escribió el Pequeño vals vienés, que lo cantó Cohen, que Beethoven compuso la Novena Sinfonía y que Austria no es una isla cercana a Benidorm. Fueron al colegio, pero sus cabezas son una casa vacía, quieren trabajar como colaboradores en televisión o ser youtubers, dos profesiones millonarias en las que no es necesario saber absolutamente nada.
También se puede ser político sin estudios o sin educación, que no es lo mismo, tenemos algunos ejemplos dolorosos en el Congreso. No necesitan, estudios, oposiciones ni trabajos previos, solo deben figurar en la lista de un partido. Ellos viven con su estupenda nómina, sus dietas y viáticos. Y, cuando se van, una pensión vitalicia y un trabajo con buen sueldo para no ir.
La izquierda podemita se ha revolucionado con la noticia de que los reyes de España quieren dar a sus hijas una sólida y completa educación y de momento van a enviar a Leonor, princesa de Asturias, a un colegio de Gales muy exclusivo por su sistema de admisión: exigen notas sobresalientes. Allí estudiará y se relacionará con jóvenes de todo el mundo. Lo van a pagar del presupuesto de la Casa Real. Todos los padres queremos que nuestros hijos tengan una buena educación y, en el caso de Leonor, no solo es una ambición legítima sino también una exigencia imprescindible, como corresponde a la persona que constitucionalmente está llamada a ser reina de España y jefe del Estado. Mucha suerte, Leonor.
Han pasado unos días y supongo que todo estará dicho, pero quiero romper una lanza por la Corona, la institución más valorada por los españoles, que mantiene su prestigio gracias a la dignidad y ejemplaridad del Rey Felipe VI y su familia y, por ello, la más atacada por el vicepresidente del gobierno y el portavoz, cuyas funciones no son otras que molestar y traer la discordia a nuestro país. Iglesias debería callarse: ha buscado una niñera que nos cuesta 52.000 € líquidos. Más que los cursos de Gales. Y pagamos nosotros.