La muralla de Atienza, una joya arquitectónica en continua restauración
El tramo junto al Museo de San Gil ha sido objeto de obras de rehabilitación.
La localidad de Atienza cuenta entre su impresionante patrimonio arquitectónico e histórico con una muralla que bordea prácticamente todo el pueblo. Evidentemente, al tratarse de una infraestructura que data del siglo XIII, los trabajos de conservación son esenciales para impedir un deterioro definitivo. La última actuación realizada en este elemento patrimonial ha tenido lugar concretamente en el tramo situado junto al Museo de San Gil, financiadas y ejecutadas por la Dirección General de Bellas Artes.
Según informa el Ayuntamiento de Atienza, además de la restauración y consolidación del muro, se han instalado unos cangilones que sirven para sujetar el terreno. “Es ésta una estrategia de restauración que consiste en no reconstruir construcciones ya inexistentes, evitando así crear falsos históricos”. Encima de los cangilones se ha instalado una malla textil que sirva de base para la siembra, en su debido momento, de semillas de hierbas especialmente elegidas para su mimetización con el entorno. “De este modo se evita la erosión del terreno como consecuencia de la meteorología, eludiendo los problemas estructurales que ello conllevaría”. En la parte superior se ha sustituido la barandilla de piedra por una de metal en los tramos no pertenecientes a la muralla del siglo XIII. El campanillo de San Gil en el cual se colocó la placa de azulejos referente al museo y a su creador, don Agustín, se ha trasladado a la plaza de San Gil, junto a la fuente. Por último, el Ministro de Cultura ha dispuesto un atril informativo sobre el segundo cerco de murallas atencinas.
La concejala de Cultura, Silvia Higes, reconoce la dificultad de “mantener” las murallas, así como otros elementos arquitectónicos, al no poseer el Ayuntamiento de Atienza la titularidad, dado que son propiedad de Patrimonio Nacional. “Cuando nos percatamos de algún problema, tenemos que realizar el correspondiente informe y presentarlo ante ese organismo”. Gracias a esa vigilancia exhaustiva y a las distintas intervenciones, la conservación de las murallas de Atienza es “bastante buena”. Esta última actuación se produjo después de un desprendimiento justo al lado de la carretera. “Las partes más afectadas suelen ser las que están metidas en el pueblo, mientras que las de la perifería no está tan expuestas”. Ahora, el Ayuntamiento está pendiente de la resolución para el arreglo de otro tramo de muralla. La edil explica que se cayó una parte que ya había sido restaurada hace “muchos” años. “Es importantísimo estar pendientes, no es algo que se pueda descuidar, dado que, junto con el castillo, son los elementos más representativos de Atienza”, concluye Hijes.