
La salida triunfal de la Borriquilla inaugura una fervorosa y tradicional Semana Santa
Guadalajara celebró con fervor la celebración de la emblemática Procesión del Domingo de Ramos, un evento que, tras el pregón, marca el inicio solemne y radiante de su Semana Santa.
FOTOS: RAFAEL MARTÍN
Miles de guadalajareños y visitantes se congregaron en las calles, con palmas y ramos de olivo, para participar en esta profunda manifestación de fe, cultura y tradición, declarada de Interés Turístico Regional.
La Plaza de Santo Domingo y la iglesia de San Ginés fueron el corazón de la jornada desde las primeras horas. A las 11:15, el vicario general de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Agustín Bujeda, protagonizó la emotiva bendición de palmas y ramos, símbolos de vida y triunfo cristiano.
La lectura del Evangelio resonó en la plaza abarrotada antes de que el vicario rociara con agua bendita las ofrendas de los asistentes, quienes recogieron sus palmas con fervor, aunque la alta demanda agotó rápidamente las existencias.
Tras la bendición, la procesión se organizó frente a San Ginés. Abriendo el cortejo, una representación de seis miembros de cada cofradía local desfiló con sus estandartes, ataviados con sus hábitos pero sin capirote, en señal de júbilo. La entrañable imagen de la Borriquilla, representando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, avanzó majestuosamente acompañada por numerosos niños con pequeñas palmas, añadiendo un toque de inocencia y alegría.
Tras la imagen central, se integraron las autoridades eclesiásticas, lideradas por el obispo, Julián Ruiz, seguido por el vicario general, Agustín Bujeda y los hermanos mayores de las cofradías, representando la devoción de sus hermandades y de la Junta de Cofradías. El respaldo institucional fue notable con la presencia de la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, junto a miembros de la corporación municipal; la consejera de Igualdad, Sara Simón; la delegada de la Junta, Rosa María García; el diputado nacional del PSOE, Alberto Rojo; y la subdelegada del Gobierno, Susana Cabellos, entre otros.
El ritmo solemne y emotivo de la procesión fue marcado por la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno y el Grupo de Tambores de la Cofradía de la Pasión del Señor. Sus melodías tradicionales acompañaron el paso de la Borriquilla y de los cientos de vecinos que se unieron al recorrido por la calle La Carrera y la Plaza de Bejanque, creando una atmósfera de recogimiento y fervor.
La iglesia del Fuerte de San Francisco acogió el final de la procesión y la Solemne Eucaristía, oficiada por el obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Julián Ruiz Martorell. Esta presidencia se enmarca en la tradición diocesana de alternar la sede principal de la Semana Santa entre Sigüenza y Guadalajara.