Llega ´La Crónica Francesa´, lo último de Wes Anderson

25/10/2021 - 20:00 Javier Solano

Cuando los ecos sobre el rodaje de la nueva peli de Wes Anderson en Chinchón suenan ya algo lejanos, llega a nuestras pantallas "La crónica francesa". Nos encontramos ante un trabajo que a cualquier espectador le podría parecer agotador y excesivo, y que para más inri, no goza del apoyo unánime de la crítica. Entonamos palabras mayores, porque se trata de una sinfonía desarrollada por un creador con un mundo propio íntimo y complejo, al que el aplauso de las audiencias -o el más estruendoso de los fracasos- lejos de preocuparle, es considerado como un accidente o un problema menor.

Nos encontramos pues ante una obra que no puede dejar indiferente a nadie, pues o bien se ensalza o se maldice. Viene de la mano de la hoy poderosa productora de Walt Disney -es decir, los que hoy mandan en Hollywood- con una pléyade de actores de relumbrón -desde viejas glorias como Bill Murray y Benicio del Toro hasta los últimos en llegar, como Chalamet-, un argumento excéntrico y rebuscado, con una fotografía donde las tomas en color conviven con las de blanco y negro, diálogos en dos idiomas -el del espectador y el francés-, encuadres con la habitual obsesión geométrica del director, una puesta en escena tan complicada como trabajosa, y por último, como no podía ser menos, una partitura musical pegadiza y omnipresente a cargo del inspirado enfant terrible de las bandas sonoras cinematográficas: Alexandre Desplat.

Desde los primeros fotogramas da la impresión de que el universo creativo de Wes Anderson es, como poco, amplio, cosmopolita, irónico y contradictorio, e incluso cabrían bastantes más adjetivos. Y que en este último trabajo el exceso domina sobre la contención, el discurso programático sobre el desarrollo argumental y la aglomeración de datos suministrada por el narrador sobre la sencillez y comprensión del relato. Al término de la función, el espectador sale de la sala entre abrumado y confuso, tal vez con una cierta sensación de culpabilidad por no haberse enterado de todos los detalles que aparecen en la pantalla, y con dudas sobre si lo que ha visto le ha gustado. Pero no deja de pensar en la peli: probablemente era lo que pretendía su autor.