Moonfall: Locurón Emmerich
A veces me siento culpable. A ver, que si este espacio se llama El Cinéfago es porque algunos criterios de cinéfilo elevado importan poco a la hora de juzgar las películas. Puede que el cine sea el séptimo arte, pero a algunos nos gusta que también nos dé para comer palomitas, beber Fanta naranja… y punto.
¿Moonfall es buena? Para nada. El guión tiene agujeracos. Ahora bien, ¿es divertida? Montones. A ver, que les cuento la trama. Están un grupo de astronautas de farra por el espacio, tomándoselo todo a la ligera, señal inequívoca de que se va a producir una tragedia. Y efectivamente, una especie de enjambre espacial de chapas de botella ataca a los astronautas para después meterse por un agujero de la luna. Como lo oyen, sin invitarla a cenar primero ni nada. Tan solo uno de los astronautas puede contar lo que realmente pasó, pero nadie le cree claro, porque entonces no tendríamos a ese héroe maldito que tanto mola en este tipo de películas, sobre todo a Emmerich.
Total, que años después, un frikazo de la vida, las megaestructuras, los cuerpos celestes y cosas de esas descubre que la Luna, atentos, se ha salido de su órbita y va a caer en la Tierra: BOOOOM, ¿cómo te has quedado? Pues como todos. Mientras la gente a ras de suelo intenta sobrevivir a las mareas, la gravedad y el oxígeno haciendo lo que les da la real gana, nuestro antihéroe con su fricardo y una antigua amiga astronauta con la que ya no se hablaba tratarán de resolver la situación viajando hasta la Luna, que guarda un secreto chunguísimo. ¿Los más original de todo? Que entre los astronautas chico y chica no hay trama amorosa. Eso no se lo han visto venir, ¿eh?
A ver, que esto en los 90 e incluso a principio de los 2000 lo habría petado muy fuerte en cines es innegable. Sobre todo, porque reúne dos de las más espectaculares producciones Emmerich: Independence Day y 2012. Es purísimo entretenimiento de catástrofes, alienígenas y conspiranoicociones (¿existe este término?) Solo por el planteamiento ya merecería una oportunidad. La lástima es que ya no vivimos en esos tiempos en los que el nombre de un director y una premisa arrebatadoramente absurda eran suficiente gancho para llevarnos al cine. Quizás, porque ya lo hemos visto todo o muchas cosas parecidas o porque solo vamos a ver franquicias. Y cuidado, que se nota que a Moonfall le encantaría convertirse en una. De hecho, uno se pregunta si no es el segundo intento de Emmerich, tras la segunda parte de Independence Day, de crear una.
Moonfall es para aquellos a los que no les molestan las palomitas en el cine. Emmerich tiene el mismo espíritu de Serie B con el que gozábamos en los 90. Patrick Willson y Halle Barry cumplen perfectamente como héroes. La trama secundaria en la Tierra complementa sus desastres con los descubrimientos alienígenas que ocurren en el espacio y solo John Bradley resulta levemente irritante en un papel que, reconozcámoslo, Jeff Goldblum ya bordó en su día.
Qué bonito es disfrutar con una película que perfectamente podrías despellejar. En serio, me da igual que le den el Oscar a Belfast, el Poder del Perro o West Side Story, pero necesito ya una segunda parte de Moonfall. Placer culpable lo llaman.
En Twitter: @ElCinefagoDe
Moonfal (2022, USA)
Dirección: Roland Emmerich
Reparto: Halle Berry, Patrick Wilson, John Bradley, Donald Sutherland, Michael Peña.