Primavera inverniza

17/05/2025 - 12:44 Antonio Yagüe

Los pasajeros que sobrevuelan estos días España y los astronautas de la estación espacial se asombran contemplando el verde que ha sustituido al habitual marrón ibérico tirando a desierto.

Los trigos se elevan ordenados creando un mar verde a ras del terreno. Los manantiales fluyen por donde ni se recuerda, alimentan las raíces profundas de chaparros, sabinas, robles, marojos y las más someras de aliagas y cambrones.

El campo está como nunca. La verde yerba lo cubre todo. Junto a tomillos, ajedreas y gamones florecen plantas desconocidas para algunos expertos. El entorno se agita embriagado por los aromas de mayo.

El corzo es el principal protagonista por nuestros montes y alguna piara de jabalíes con sus rayones. También zarzean por caminos y lomas algunos conejos, liebres y perdices, y el up-pu-pu-pú grave y de largo alcance de la abubilla ha dado paso al cu-cu-cú del inolvidable cuco en Labros. Si se oye, dice la leyenda, no te faltará dinero en el bolsillo.

Pero nada es como antes. El campo en general sufre de abandono. Los cazadores, según las estadísticas, han bajado en España a la mitad en 50 años (un 26% desde 2015) y el grupo de edad más abundante tiene de 61 a 70 años. Los agricultores apenas suman 770.000. Sólo el 1% tiene menos de 25 años. Son la mitad, cuantifican, que los cantamañanas influencers.

Por no hablar del ganado. Hace apenas 25 años había al menos cuatro rebaños en cada pueblo. Hoy, uno en cada cuatro pueblos. Algo así como de abuelos: antes había cuatro nietos por abuelo, ahora cuatro abuelos por cada nieto.

Los expertos hablan de invierno demográfico. La primavera está rebosona de verde, y nublasca e inverniza, como decían en mi pueblo. Machado, Lorca, Azorín, Delibes y otros grandes le dedicarían hoy un canto elegíaco.