Stromboli deja al Ayuntamiento las llaves del kiosco de la Concordia y una deuda de 100.000 euros

Stromboli comenzaba su andadura en 1988. Con el tiempo se convertía en uno de los mejores restaurantes de comida italiana de Guadalajara. Su éxito fue tal que decidió trasladarse, a principios de septiembre de 2016, al Parque de la Concordia. De su horno de leña salían  los productos exquisitos  pizzas, pasta, risottos cocinados con ingredientes frescos, de la tierra y de primera calidad.

Por entonces, se hacía cargo de un local que había permanecido cerrado durante un tiempo, desde que el Ayuntamiento retiró por impago la concesión a la anterior empresa adjudicataria.

Ahora, desafortunadamente, la historia se repite. A principios de año, el Consistorio decidía rescindir el contrato para la gestión que esta afamada empresa hostelera de la ciudad desarrollaba respecto al kiosco y la terraza. El motivo es que no estaba pagando la cantidad de 40.000 euros anuales que, por obligación contractual, debía abonar al Ayuntamiento, una deuda que, a principios de 2020, ascendía a más de 80.000 euros, cifra a la que había que añadir el canon otros 40.000 euros que se eximieron del pago a todas las concesionarias debido a la pandemia. En la actualidad ese monto asciende a más de100.000 euros, informan fuentes municipales.

Ahora, después de varios requerimientos, el Consistorio le ha retirado la concesión del kiosko y la terraza de La Concordia y ya ha entregado las llaves. El servicio saldrá la licitación próximamente, según fuentes municipales.

Punto de vista de Stromboli

La concesinaria admite que es cierta la cifra de 100.000 euros que adeuda al Consistorio en concepto de impagos de canon por la concesión de la terraza y el kiosco y recuerda que “habíamos abonado 120.000 euros”, lo equivalente a tres años de pago. 

Corrobora que ha intentado renegociar la deuda, pero que no ha sido posible. Asegura que el monto iba siendo cada vez más inasumible según pasaban los años, debido al lastre inicial de una obra en cuyo transcurso tuvimos que abonar el canon de 40.000 euros al año, sin poderla amortizar hasta que no se acabara”. Además, prosigue, "el negocio tuvo que subsistir tras los dos años de pandemia y las obras en el Parque de la Concordia hicieron que se resintiera y no pudiéramos trabajar”. 
No obstante, se recuerda que “cogimos un local que estaba en ruinas y hemos hecho una inversión de 900.000 euros que se quedan para la ciudad y para los futuros concesionarios”.  Un dinero –aclara- que fue destinado, entre otros trabajos,  “a la realización de acometidas eléctricas y sanitarias, que no había; a la instalación de un sistema de filtrado y extracción de aire en la cocina y otros equipamientos, como un horno de leña”.
Quiere destacar que “probablemente sea uno de los cánones más altos pagados por una concesión similar”.