2025

04/01/2025 - 13:40 Jesús de Andrés

El inicio de un nuevo año genera la ilusión de un tiempo renovado, de una etapa que se abre, de un futuro por descubrir.

Repetido año tras año, el ensueño del año nuevo se convierte en costumbre que alimenta la idea de que algo muere y algo comienza, en un ritual repetido, en una especie de reencarnación perenne y purificadora a la vez. Enero trae consigo la auditoría que cada cual realiza de uno mismo, el balance de lo bueno y de lo malo, el recuento de las ausencias, el listado de los anhelos, la negociación interna para realizar arreglos a cambio de pequeñas dosis de voluntad. Es tiempo de propósitos, palabra que proviene del latín: pro, adelante, y ponere, poner. Lo que se pone por delante, lo que se anuncia para el futuro.

Además de los propósitos particulares, que de poco sirven si no van acompañados de hábitos que los conviertan en permanentes, estamos atentos a los que realicen los políticos, de cuyas decisiones dependemos. A nivel nacional sería suficiente con que intentaran que concuerde lo que dicen con lo que hacen, haciendo suyo lo que piden al rival: que no crispen, que no mientan, que no den por bueno el bulo, que tengan por objetivo el bien común, que no se aferren al poder, que no piensen que todo vale por alcanzarlo, que, en fin, sean sensatos y no contribuyan más a la desafección con sus trifulcas. Lo malo es que, a estas alturas, han tensado tanto, se han insultado tanto, que ni su capacidad de adaptación, y mira que es grande, enorme, hace posible un encuentro.

En el exterior nos la jugamos, sobre todo en Ucrania. Es indispensable frenar a Putin. Rusia está al borde del colapso, en estanflación -estancamiento y alta inflación-, en una guerra provocada por su líder con un nivel de sacrificio humano y material insostenible. Putin ha fracasado y sólo la cobardía europea, de la mano de la demencia de Trump, puede salvarlo. El nuevo presidente norteamericano tomará posesión en apenas dos semanas y, como en su anterior mandato, no podrá cumplir sus fantasías electorales. Miente cuando dice que echará a millones de emigrantes como mintió cuando anunció que levantaría un muro en la frontera de México. A ver qué nos depara.

No sabemos qué nos traerá 2025, que hoy parece largo, sobrado de tiempo, pero luego se comprimirá y agotará sin darnos cuenta. Lo importante, en lo personal, es encontrar tiempo de calidad, mejor si es compartido, que las tentativas de cambio vengan acompañadas de amor. Y cuidarse, que al fin y al cabo se trata de morir jóvenes lo más tarde posible. Pongan su empeño en ello.