7.291

22/03/2025 - 13:00 Jesús de Andrés

Según cifras oficiales, entre febrero de 2020 y junio de 2023 murieron en España más de ciento veinte mil personas por la pandemia del covid-19. De ellas, en Madrid fallecieron 7.291.

Mentiría si dijera que me cae bien Isabel Díaz Ayuso. También si dijera que me cae mal. Me apasiona, eso sí, su personaje, y me maravillan su impostura y su gracia para interpretarlo. Ni es una superdotada política, la gran esperanza de la derecha, como algunos quieren presentarla, ni una boba insolvente cuyos hilos mueve un ser malvado en la sombra, como pretenden otros. Posiblemente, la principal sorprendida de su éxito, tras llegar a la presidencia de la Comunidad de Madrid, fue ella misma. Y creo que a la configuración de su imagen política, cuando es positiva, han contribuido más sus enemigos que sus partidarios.

Según cifras oficiales, entre febrero de 2020 y junio de 2023 murieron en España más de ciento veinte mil personas por la pandemia del covid-19. De ellas, en Madrid fallecieron 7.291, número convertido en mantra para los opositores a la presidenta madrileña. A quienes no nos movemos por ideología, ensañándonos con los enemigos, pero tragando sapos propios, siempre nos salta la alarma cuando de campañas programadas se trata. No sólo murieron ancianos en las residencias madrileñas, ocurrió en todas partes. Es más, en muchas comunidades autónomas está por hacerse el recuento definitivo de muertos, ya que muchos de ellos fueron contabilizados como fallecidos por otras causas y no por el virus. Da vergüenza ajena comprobar que hay quienes piensan que únicamente hubo víctimas en Madrid, sin mirar lo que tienen más cerca.

Desde que un periodista, Manuel Rico, de infoLibre, publicara los datos desglosados residencia a residencia, sabemos qué ocurrió en cada centro de mayores. En comunidades como la nuestra fue necesario presentar un recurso al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno para que este organismo dictase una resolución instando al gobierno autonómico a facilitar dichos datos. En marzo y abril de 2020, el virus barrió las residencias dejando tras de sí un horror que apenas podemos imaginar, un tsunami que arrasó a nuestros mayores. Escribí entonces sobre ello, y puse el ejemplo de la residencia Virgen de la Peña, de Brihuega, donde apenas se registraron 3 personas muertas por el virus y 18 fallecidos por otras causas. Sin comentarios.

Resulta por ello indignante, para quien tenga un criterio propio sin contaminación ideológica, que se use el número de muertos en Madrid para acosar políticamente a su presidenta. Las decisiones que se tuvieron que tomar esos días fueron muy complicadas. Se cometieron errores, muchos, sí, pero en todas partes. Quizá otra forma de actuar hubiera dado otros resultados, pero eso es fácil decirlo hoy. Pretender que sólo una persona lo hizo mal, que sólo murieron ancianos en Madrid, es tomarnos por tontos. Allá cada cual.