Año de aguijones

19/09/2020 - 11:56 Antonio Yagüe

Este verano ha sido tremendo de avispas en el Señorío y, según cuentan, en buena parte de España.

Año de avispas, año de nieves y de ventiscas. Cada vez hacemos menos caso a estos refranes por lo del cambio climático, pero la gente mayor asocia los años en los que abundan las avispas con inviernos crudos. Aunque no hay nada científicamente comprobado y quizá sea casualidad, un molinés curioso recuerda que así ocurrió en 2001, 2005 y 2009.

Según los climatólogos, las avispas terminan muriendo con el frío y si se las ve muy activas en verano y otoño significa que tienen prisa para hacer acopio de alimentos y no correr el riesgo de perecer al ir a buscarlos. Ante inviernos suaves no necesitarían almacenar tanta comida, ya que pueden salir cuantas veces sea necesario. Se ha observado que cuando los barruntan muy fríos anidan hacia poniente a resguardo del cierzo, el matacabras soriano y otros vientos heladores.

Este verano ha sido tremendo de avispas en el Señorío y, según cuentan, en buena parte de España. Han plantado sus panales en cualquier escondite, se han comido las uvas de las parras como nunca, y han merodeado por terrazas y comidas. Tanto las avispas autóctonas como la asesina asiática han soltado dolorosas mordeduras, en algunos casos mortales.

Siempre nos han caído mal en comparación con las abejas, que solo atacan cuando se ven molestadas o para defender su miel. Las avispas siembran el pánico con sus vuelos, no producen miel, la roban y, para más inri, nos pican. Los expertos explican que, aunque son vegetarianas, de adultas alimentan a sus  larvas con carne y siempre intentan arrancar un trozo de donde sea.

También son animales sociales. Tienen reinas, que, convenientemente fecundadas, son las únicas que sobreviven al invierno escondidas en agujeros, en el suelo o bajo la corteza de los árboles a la espera de que la llegada del calor les indique el momento de repetir el ciclo y perpetuar su especie.

El griego Aristófanes las utilizó de coro en su famosa comedia Las Avispas, con exagerados aguijones para satirizar la justicia, la democracia y la corrupción. Siguen de rabiosa actualidad entre nosotros después de 25 siglos.