
Primavera inundada
En el Señorío se han anegado humedales y destrozado caminos. Las lluvias han tenido en vilo a los pueblos ribereños del Mesa y el Piedra afectados en noviembre por una dana prima de la valenciana. A ellos se han sumado los del Tajo y sus afluentes.
El marzo más lluvioso de este siglo con paraguas mil, borrascas, ríos desbordados, lagunas por doquier y pantanos de bote en bote, ha dado paso a una primavera soleada y sin frenos con suelos saturados de agua, trinos de pájaros y la savia subiendo por los árboles y estallando a borbotones en flores, hojas y frutos.
En los bares y algunos medios se debate si este aprendiz de diluvio niega o refrenda la existencia del cambio climático y la necesidad de aparcar la polémica agenda verde.
Algunos científicos piden evitar el “alarmismo climático”. Aseguran que las causas de tan copiosas lluvias son meteorológicas. “Ha habido precedentes peores. Son un fenómeno normal, aunque sea poco común”, intentan tranquilizar.
Para otros, la lluvia abundante y desbocada es un síntoma como otros tantos del cambio climático. Y un aviso. Defienden que el clima ya no entiende de estaciones y debemos estar preparados para la próxima sequía, que llegará.
Tanta agua ha inundado fincas, asfixiado y podrido las raíces de algunos cultivos provocando serias pérdidas en Andalucía, Murcia, Valencia, Aragón y otras comunidades. Si hace un año les hubieran dicho a sus agricultores cuál iba a ser su principal problema no se lo habrían creído.
Pero se han recuperado acuíferos y prometen buenas cosechas los olivares, viñedos, almendros y cereales de secano. También será buen año para la ganadería que se alimenta de pastos.
En el Señorío se han anegado humedales y destrozado caminos. Las lluvias han tenido en vilo a los pueblos ribereños del Mesa y el Piedra afectados en noviembre por una dana prima de la valenciana. A ellos se han sumado los del Tajo y sus afluentes.
Como dicen los viejos refranes, siempre que ha llovido ha escampado y nunca llueve a gusto de todos. La primavera está llegando también a raudales.