Aquel antiguo campo de fútbol del barrio de la Virgen de la Esperanza de Guadalajara
En la sesión plenaria del Ayuntamiento de Guadalajara, celebrada el 31 de agosto de 1973, se aprobó por unanimidad la inversión de 120 millones de pesetas para la urbanización del plan sur de la ciudad. Te contamos la historia de este barrio.
La vía principal de esta nueva zona urbanística de la ciudad pasó a denominarse como avenida del Almirante Carrero Blanco, posteriormente avenida de Castilla. En la nueva calle denominada como Francisco Layna Serrano comenzaron a construirse unos bloques de viviendas a través de una cooperativa llamada Virgen de la Esperanza. Al ser las primeras viviendas de esta nueva barriada, el barrio fue conocido en la ciudad como el de la Virgen de la Esperanza y posteriormente se comenzaron a construir numerosas torres en la calle de Felipe Solano Antelo.
En el nuevo plan sur, que había aprobado el Consistorio Municipal, se preveía la construcción del cuartel de la Guardia Civil al final de la calle Sigüenza, una iglesia en la Avenida de Castilla, a la que se dio el nombre de San Antonio de Padua, y un colegio público en la calle Layna Serrano con el nombre de Pico Ocejón, el cual se complementaba con el colegio de los Salesianos.
A propuesta del empresario de la construcción Enrique Sebastián, el Ayuntamiento de Guadalajara construyó un campo de fútbol en un descampado de la calle Felipe Solano Antelo, muy cercano a la carretera Nacional II. La condición que puso el Ayuntamiento de Guadalajara era que fuese utilizado por los vecinos del barrio, compartiéndolo con el nuevo equipo de fútbol que había creado el propio Enrique Sebastián, denominado Agrupación Deportiva Virgen de la Esperanza. Su sede social fue el Bar la Hípica que se encontraba en el interior de la barriada. Curiosamente este establecimiento de hostelería sigue abierto en la actualidad. La construcción de vestuarios con duchas incluidas fue realizada de manera altruista por los jugadores del nuevo equipo, con la colaboración de numerosos vecinos del nuevo barrio arriacense.
El nuevo campo de fútbol fue inaugurado en vísperas de las Ferias y Fiestas de Guadalajara del año 1978 con motivo de la celebración del trofeo Henarsa. El partido inaugural lo jugó el equipo local de la Virgen de la Esperanza contra los juveniles del Club Deportivo Guadalajara, en presencia del alcalde de Guadalajara, Agustín De Grandes Pascual y con saque de honor de la reina de las fiestas del nuevo barrio.Para los amantes de las estadísticas, el primer gol marcado en el nuevo campo de fútbol fue a cargo del jugador morado Simón.
El equipo de la barriada de la Virgen de la Esperanza comenzó a competir oficialmente en la temporada futbolística 1978/79 en la Tercera Regional Ordinaria, con una plantilla en la que se mezclaban jugadores de Guadalajara con mucha veteranía con jóvenes promesas del barrio. Sus partidos como local se jugaban en el nuevo campo los domingos por la mañana. Al ser la entrada al campo totalmente gratuita se abarrotaba de público, tanto de vecinos del barrio, como de aficionados de Guadalajara y su provincia. Curiosamente, en su segunda temporada en competición, el equipo con vestimenta amarilla de la barriada de la Virgen de la Esperanza consiguió batir el récord de goles marcados en todas las categorías del fútbol español. Este dato no pasó desapercibido para el periodista deportivo José María García, que en su programa nocturno en la Cadena Ser denominado “ Supergarcía” llevó hasta sus micrófonos al entrenador del equipo Ángel Chicharro, para que contase la fórmula para que sus jugadores lograsen esas goleadas de escándalo.
Al finalizar la temporada de 1981, el campo de fútbol fue derruido con la intención de construir un parque para los vecinos, al cual se denominó como Parque de la Amistad. La inversión del Ayuntamiento de Guadalajara fue de 22 millones de pesetas para la adecuación y allanamiento del terreno así como de otros cinco más, para la implantación de plantas y árboles. El nuevo Parque de la Amistad fue inaugurado en abril de 1983 por parte del alcalde de Guadalajara de aquella época Javier de Irízar Ortega, convirtiéndose en un nuevo pulmón verde para la barriada de la Virgen de la Esperanza.