Aquel dramático incendio de la factoría de Helados Camy en noviembre de 1986
Un fuerte chispazo, producido por una de las máquinas de soldadura, generaba un incendio que se extendió de manera fulgurante por la nave frigorífica y que igualmente afectó a otra nave contigua.
Uno de los incendios con mayor virulencia de la historia de Guadalajara fue el que se produjo en la fábrica de helados Camy en noviembre del año 1986. La factoría se encontraba al final de la calle Cristóbal Colón, dentro del polígono industrial del Henares. Todo comenzó sobre las nueve de la mañana de ese miércoles 12 de noviembre de 1986, cuando unos soldadores se encontraban trabajando en una de las naves de almacenamiento de productos elaborados. Un fuerte chispazo, producido por una de las máquinas de soldadura, generaba un incendio que se extendió de manera fulgurante por la nave frigorífica y que igualmente afectó a otra nave contigua.
Inmediatamente se activó el plan de emergencia, evacuándose de manera rápida al exterior de la fábrica a todas las personas que se encontraban trabajando en su interior. Momentos después, en el lugar del incendio se personaron efectivos del Cuerpo de Bomberos de Guadalajara, los cuales recibieron el apoyo de sus compañeros de Azuqueca de Henares y de la localidad madrileña de Alcalá de Henares. La zona de la factoría de la Camy fue acordonada por agentes de Policía Nacional, Municipal, miembros de Protección Civil Provincial y voluntarios de la Cruz Roja. La colaboración ejemplar de todos los servicios de seguridad fue decisiva para que no se produjese ninguna víctima mortal y únicamente se atendió a uno de los bomberos de Guadalajara por parte del servicio médico propio de la empresa.
El pavoroso incendio quedó controlado sobre las doce de la mañana, aunque los servicios de extinción de incendios permanecieron durante algo más de un día, para evitar que las cenizas y pavesas pudieran volver a rebrotar y provocar un nuevo incendio. El intenso humo que se provocó por la fuerza de las llamas era apreciable desde todos los puntos de la ciudad arriacense. La encomiable labor de los bomberos evitó que el fuego llegase a un almacén en donde se almacenaban más de trescientos mil litros de amoniaco, lo cual podría haber producido una auténtica catástrofe.
Debido a la envergadura del incendio, desde primeras horas del día se personaron en el lugar el gobernador civil de Guadalajara de aquella época, Eduardo Moreno Diez, acompañado de varios concejales del ayuntamiento capitalino.
Tras varios días de limpieza de los escombros y suciedad provocada por las llamas la empresa Delasa reconstruyó las dos naves incendiadas, aunque la normalidad de producción de helados y yogures no se restableció hasta tres meses después. Los daños ocasionados por el brutal incendio fueron valorados en 900 millones de pesetas, lo equivalente a cinco millones de euros en la actualidad. En el momento del incendio la plantilla de la fábrica Delasa se componía de 250 trabajadores, la cual aumentaba de forma considerable cuando se preparaba la campaña de verano que duraba seis meses.
En el año 2010 la empresa Delasa decidía trasladar la producción del helado a la capital alavesa de Vitoria, ante la desolación y tristeza de numerosos trabajadores de la ciudad a los que se ofreció trasladarse a la capital del territorio vasco.Si quedó en Guadalajara la producción de yogures y productos lácteos, con el paso del tiempo la empresa pasó a denominarse Lactalis y cuenta en la actualidad con más de seiscientos trabajadores en su plantilla.