Aquella antigua parada de taxis en la plaza de Santa Clara
Una vez finalizada la Guerra Civil, el ayuntamiento de Guadalajara concedió varias licencias de taxis para el transporte de personas.
En la Guadalajara de antaño la principal vía de comunicación a través de los vehículos de transporte público era entre la zona de la estación y el centro de la ciudad. Se tiene conocimiento a través del archivo municipal de Guadalajara de que en el año 1890 el empresario local, Víctor Peinado Alonso, solicitó permiso al Gobierno Civil de Guadalajara para una parada de transporte para su vehiculo en la calle Mayor Baja frente al Nº 25, ya que en dicho lugar había un cobertizo que servía de refugio para los viajeros en caso de lluvia. Su solicitud le fue rechazada ya que el lugar que solicitaba era paso de personas, carruajes y caballerías, pero se le daba autorización para establecer una parada para su vehículo en la plaza de Santa Clara.
Posteriormente, a principios del siglo XX, se crearon dos empresas para el transporte de viajeros por la ciudad de Guadalajara; “Contreras y Sierra” y la empresa de la familia Vadillo. Ambas empresas obtuvieron el permiso municipal para realizar paradas de recogida y bajada de viajeros en la plaza Marlasca (hoy plaza de Santo Domingo), plaza Mayor y plaza de Santa Clara. Con el paso del tiempo a estas empresas de transportes se unieron las furgonetas de Patricio del Amo que realizaba de forma exclusiva el trayecto entre la estación de ferrocarril y la plaza de Santa Clara.
Una vez finalizada la Guerra Civil, el ayuntamiento de Guadalajara concedió varias licencias de taxis para el transporte de personas, poniendo una parada de taxis en la calle Teniente Figueroa, a la cual la gente conocía coloquialmente como la plaza de Santa Clara, ya que en dicho lugar había existido el Convento de las Clarisas. El Consistorio facilitó igualmente un teléfono para uso exclusivo de los taxistas, el cual se colocó en el lateral de la fachada del edificio del Bar Soria, protegido por una caja metálica para resguardarlo de las lluvias.
Entre las normas dictadas por el ayuntamiento de Guadalajara figuraba que los vehículos tenían que ser de color negro llevando el escudo de la ciudad en la puerta del conductor e igualmente los taxistas tenían que ir uniformados y con gorra de plato. Por último figuraba que los taxistas harían de forma rotativa una guardia nocturna en el interior de las dependencias municipales de la plaza Mayor y desde allí recibirían las llamadas de urgencias a través de la centralita del edificio del ayuntamiento. Con el paso del tiempo se eliminó la obligatoriedad del uniforme, el color del coche pasó del negro al blanco con banda morada y las guardias nocturnas pasaron a realizarlas en el domicilio particular de los taxistas.
La parada de taxis de la plaza de Santa Clara se complementaba con otra parada en el patio principal de la estación de ferrocarril, con una cubierta que fue financiada por una entidad bancaria de la ciudad.
Con el paso del tiempo, sobre todo tras la peatonalización de la calle Mayor, la parada de taxis de Santa Clara fue eliminada y sustituida por la de la plaza de Santo Domingo, que es donde permanece en la actualidad. Hoy sigue existiendo la parada de la estación de Renfe, la del centro comercial del Ferial Plaza, la de la Residencia Universitaria y por último la de la estación de autobuses en donde igualmente se encuentra la central de emisoras de Radio-Taxi.