Aquella fallida moción en el Ayuntamiento de Guadalajara en el año 1989

30/04/2023 - 14:17 Eduardo Díaz

La expectación levantada hizo que todos los periódicos de tirada nacional enviasen a sus redactores y reporteros gráficos, que se sumaron a los de tirada local como Nueva Alcarria y Flores y Abejas. La entrada al interior del Salón de Plenos era con invitación expedida por los cuatro grupos municipales.

En las elecciones municipales de Guadalajara del año 1987 hubo un empate a diez concejales entre el Partido Socialista Obrero Español y la Federación de Partidos de Alianza Popular. El Centro Democrático Social obtuvo tres concejales e Izquierda Unida logró dos ediles. En la sesión celebrada el 30 de junio de ese mismo año para la formación de la nueva corporación municipal y elección del alcalde fue elegido el candidato socialista Javier de Irizar Ortega al ser su lista la más votada y tras las abstenciones de los componentes de CDS e IU.

En junio de 1989 se llegó a un acuerdo nacional entre el partido CDS, liderado por Adolfo Suárez, y el PP dirigido por Manuel Fraga Iribarne para realizar mociones de censuras en los ayuntamientos de España en donde fuera posible realizarlas con los apoyos suficientes. Este acuerdo llevaba consigo una cláusula por la cual la alcaldía de Madrid pasaría a manos de Agustín Rodríguez Sahagun y a los alcaldes del Partido Popular en el resto de las capitales de provincia. Este pacto afectaba directamente al Ayuntamiento de Guadalajara y con el voto de los concejales centristas, la alcaldía pasaría a manos de José María Bris Gallego.

El día señalado para la moción de censura en Guadalajara fue el 11 de julio de 1989 en horario vespertino, ya que se preveía que el pleno sería de larga duración. La expectación levantada hizo que todos los periódicos de tirada nacional enviasen a sus redactores y reporteros gráficos, que se sumaron a los de tirada local como Nueva Alcarria y Flores y Abejas. La entrada al interior del Salón de Plenos era con invitación expedida por los cuatro grupos municipales, para el resto de público se habilitó una pantalla gigante en el salón de actos del Centro Cívico Municipal para seguirlo en directo.

La víspera de este histórico pleno corrió como la pólvora el rumor, que al final se hizo realidad, de que uno de los concejales del grupo del CDS había presentado un escrito en el registro del Ayuntamiento de Guadalajara solicitando la baja de su partido y se adscribía a un nuevo Grupo Mixto. En esa mañana del 11 de julio varios dirigentes del CDS se dirigieron al domicilio de Francisco Sánz Lorente para comentarle que tenía que seguir las directrices del partido por el que se había presentado. Existe la anécdota de que como vieron que no abría nadie la puerta de su domicilio, preguntaron al portero de la finca si sabía dónde se encontraba Francisco Sáenz o alguno de sus familiares. La respuesta del conserje fue que él trabajaba para limpiar y cuidar el edificio y no para dar detalles de la vida particular de los vecinos. 

Esa mañana en un restaurante muy conocido de la vecina localidad de Alcalá de Henares se reunieron Francisco Sáenz, el concejal Fernando Planelles y el periodista local Javier Pérez de Almenara “Vainilla”, siendo este último el que preparó el discurso del concejal centrista para argumentar su decisión de abstenerse en el pleno extraordinario de la tarde.

En un salón de plenos totalmente abarrotado y con una fuerte crispación, la sesión comenzó con el discurso del portavoz del CDS José Manuel Calvo, el cual justificó la moción por la falta de auditorías y la especulación urbanística que se estaba realizando desde el comienzo del mandato. Seguidamente fue José María Bris Gallego el que tomó la palabra dirigiéndose a Francisco Sáenz, recordándole que debía obedecer la disciplina de su partido ya que de lo contrario sería catalogado en la ciudad como un auténtico tránsfuga. El portavoz socialista Ricardo Calvo fue el siguiente en intervenir manifestando que la presentación de la moción de censura era una operación dirigida para destruir la labor del equipo de gobierno municipal y contra la voluntad del pueblo de Guadalajara.

El turno más esperado era el de Francisco Sáenz Lorente como portavoz del nuevo grupo mixto. En su larga intervención, leyendo más de cinco folios, justificó su abstención diciendo que para él los intereses de Guadalajara estaban por encima de los de su antiguo partido y que esta moción presentada, y pese a que él la había firmado, suponía otorgar un poder excesivo a un partido de derechas que no había ganado en las urnas. La votación fue nominal y el resultado fue de doce votos a favor, diez en contra y dos abstenciones, las de Francisco Sáenz Lorente y Blanca Calvo. Estuvo ausente por motivos vacacionales el edil Juan Ignacio Begoña. El pleno municipal finalizaba con la intervención del alcalde Javier de Irízar, que declaraba rechazada la moción al no obtener la mayoría legal de  trece votos, como marcaba la Ley Orgánica del Régimen Electoral.

En la historia del Ayuntamiento de Guadalajara esta ha sido la única moción de censura que se ha presentado contra un alcalde.