¡Boom!

03/04/2022 - 12:35 Marta Velasco

El telediario produce sueños apocalípticos, pienso si alguna vez una guerra proporcionó más bienestar, más alegría y más riqueza que la que destruyó.

Si viviera Stefan Zweig, autor de esas maravillosas miniaturas que son sus Momentos Estelares de la Humanidad, creo que a este largo calvario que padecemos – pandemia, política, calima, volcán y guerra - lo hubiera titulado ¡BOOM! Yo lo he hecho en este artículo, sin aludir al concurso de la tele, sino por una visión terrorífica que he tenido mientras daba una corta cabezada. El gran globo terráqueo - donde tengo mi familia, mis amigos, mi pueblo, mi casa, mis cines, mis jardines, mis museos, mis bares, mis playas y todo lo que amo - flotaba tranquilo en el azul, mientras un misil con carga nuclear, enviado por Putin, se acercaba al planeta y lo hacía estallar en mil pedazos, los cascotes monumentales fueron absorbidos con gran estruendo por un agujero negro. He saltado de la butaca y he corrido a la terraza, por ver el destrozo, y quedaba el paisaje habitual y mi gardenia, algo deslucida por la tierra roja del Sahara que volvía a casa. 

El telediario produce sueños apocalípticos, pienso si alguna vez una guerra proporcionó más bienestar, más alegría y más riqueza de la que destruyó. Y he llegado a la conclusión de que es imposible, pero que incluso en las guerras más sangrientas nacen flores entre los escombros y en medio del dolor hay actos que nos emocionan profundamente, como el heroísmo, la solidaridad, el compañerismo, el orgullo, el honor y la valentía. Esas emociones, nacidas en los peores escenarios, son las que nos humanizan, las que nos hermanan con los que sufren, con los que llegan a un lugar donde no tienen amigos ni bandera ni himno ni lengua. Y todo lo que nos une a ellos, nos hace grandes.

  Zweig, en sus Miniaturas enseña que de las más duras crisis la Humanidad ha salido reforzada y renovada, aunque él por desgracia, no aprendió su propia lección… No sé si a ustedes les pasa, pero últimamente estoy desanimada. Hay en el ambiente un sentimiento general de tristeza por la pandemia y por la guerra, el horror de ver cómo las familias se desintegran para huir de la muerte y la destrucción provocada por un tirano imperialista, mientras las mafias se acercan a las fronteras del miedo por si pueden sacar provecho de la desgracia. 

En comparación con estas penas tan hondas y asuntos tan serios como la amenaza que pende sobre Europa, la política de nuestros gobernantes no merece consideración por su frivolidad y torpeza. Bueno … Salvo que sus gastos desmedidos nos lleven a la pobreza, que repartan el país sin preguntarnos, que nos llamen “puta España” en España, que medio gobierno se incline por el enemigo común, que la justicia y la igualdad solo se administren en una dirección, que acepten que en España no se enseñe nuestro idioma, que se pueda insultar al Rey, pero no a un terrorista, que la propiedad privada sea solo la suya, que arruinen la Seguridad Social, la Educación y la Sanidad. Dios, haz que no pase.