Calentamientos

24/09/2022 - 10:35 Antonio Yagüe

Nuestros abuelos habrían flipado al ver en pleno agosto las uvas de las parras en el frutero.

El debate sobre el cambio climático cada día es más acalorado. Hasta se ha profesionalizado y asentado en la vida política. Lo progresista es exagerar sus efectos. Ponerlo en duda, casi del paleolítico. Servirá para recalentar la campaña electoral, permanente en España como el celo entre los humanos a diferencia de los animales, según advertía nuestro arcipreste Juan Ruiz citando a Aristóteles.

Todo nacido antes de 1970 sin mermas en la parte de arriba  habrá percibido que los inviernos son más cortos y menos fríos, y los veranos mucho más largos y calurosos. “Cada vez menos agua y el calor más temprano”, resumen nuestros agricultores, con mayor y directa experiencia. Como consecuencia, por ejemplo, cada año se adelantan la siega, la maduración de frutas, hortalizas, almendras y nueces, o la vendimia en la vecina comarca de Calatayud.

Nuestros abuelos habrían flipado al ver en pleno agosto las uvas de las parras en el frutero. También habrían tomado por locos a quienes les hubieran hablado de viñas en Mochales y olivos por encima de los 1.000 metros de altitud en Milmarcos. Aunque algunos sean laureles injertados. 

Entre tanto experto en climatología como seleccionadores de fútbol en España y la doble sequía de agua e ideas, no cesan las evidencias y estudios científicos. Que el planeta Tierra, hoy hecho un cuchitril, se nos está calentando parece tan obvio que solo los ignorantes y enganchados por el bolsillo pueden negarlo. Todo indica que el cambio, -quizás en otras épocas propiciado por fenómenos naturales, deriva de continentes o erupciones volcánicas-, es consecuencia de la actividad del ser humano por la quema de combustibles fósiles y el famoso efecto invernadero. Hasta el Papa ha bendecido la emergencia.

Un pastor de toda la vida por las sierras molinesas (Cubillejos, Rueda, Pardos, Establés, Aragoncillo…), que falleció el año pasado, decía: “Ahora me creo que la tierra es redonda, ¡porque el tiempo ha dao la vuelta!”