Candidatos

22/04/2023 - 15:52 Jesús de Andrés

Las encuestas anuncian cambios y continuidades. En Castilla-La Mancha, donde su presidente intenta abarcar sus apoyos y los del vecino, las encuestas comienzan a torcerse, anunciando una posibilidad, no por remota menos real, de posible cambio.

 A pocos días de la finalización del plazo para presentar las listas electorales, algo que en Guadalajara capital -cosas de la historia- provoca respeto, los partidos van desgranando poco a poco sus novedades. No sorprende que Pérez Borda y Parlorio, números 1 y 3 en 2019, hayan anunciado, cada uno por su lado, que abandonan el barco. Ciudadanos ejerció su función de bisagra en 2015, dando la alcaldía al PP de Román, y la volvió a ejercer en 2019, en este caso volcando la mayoría del lado del PSOE de Rojo. Sus muchos errores tácticos y estratégicos a nivel nacional han llevado a este partido a una situación de abandono en todos los sentidos, la cual ya no tiene remedio. Sorprenden, eso sí, algunas presencias y, sobre todo, ciertas ausencias. Las luchas internas de los partidos, que son las más duras, auguraban cambios, pero no de tal calibre. El PSOE, desde la tranquilidad que da estar en el Gobierno, mueve algunas piezas, pocas, para mejorar la maquinaria, pero de la lista municipal del PP salen políticos curtidos como Freijo, Carnicero, Jiménez, Renales y Robisco. Casi nada. Demasiados como para ser justificados con motivos personales.

Las encuestas anuncian cambios y continuidades. En Castilla-La Mancha, donde su presidente intenta abarcar sus apoyos y los del vecino, las encuestas comienzan a torcerse, anunciando una posibilidad, no por remota menos real, de posible cambio. Como le ocurriera a Andalucía en su momento, donde el PSOE construyó un auténtico régimen, o a Castilla y León, donde el PP lleva décadas gobernando, el regionalismo populista de Page es una pieza difícil de batir, por usar una terminología tan de su agrado. El PP tuvo su momento en 2011, cuando Cospedal consiguió el poder, pero una pésima y soberbia gestión lo echó todo a perder. Ahora, de nuevo, nos encontramos ante una coyuntura favorable para un posible relevo. Sin embargo, el PP, en lugar de apostar fuerte y hacer una lista consistente, incorpora a una persona ajena a la política, Nacho Redondo. Frente al trío de ases que presenta el PSOE (el presidente de las Cortes, la alcaldesa de Sigüenza y el presidente de la Diputación), su candidato se presenta diciendo que “es un orgullo y una satisfacción” (sic), que tiene “ganas tremendas” de aportar nuevas ideas o que viene a escuchar a los ciudadanos, a sentarse con ellos para conocer sus necesidades y a trabajar, que es como un futbolista diciendo que hay que sudar la camiseta o que el fútbol es fútbol. A unas elecciones hay que llegar aprendido, sabiendo qué hacer y con propuestas concretas, lo otro es dar ventaja al rival, ser cándido y no candidato, que la política es política y no perdona a nadie.