El pueblo alcarreño deshabitado cuya iglesia románica está en la Lista Roja

12/11/2022 - 18:36 PACO CAMPOS

María José González, administradora del grupo de Facebook Un paseo por La Alcarria y Provincia, recupera del baúl de los recuerdos un pueblo que cayó en el olvido en 1965 porque un cementera le quitó sus habitantes. FOTOS: M.J.G.

Se trata de Matillas la Vieja, que como dice María José, “se encuentra a medio camino entre Sigüenza y Jadraque, en la ribera del Henares”. Se encuentra a un kilómetro y medio del pueblo de Matillas, y fue progresivamente despoblándose en beneficio del barrio nuevo junto a la fábrica –inaugurada en 1909- hasta que en 1965 Valerio Cañamares y su familia abandonaron la última casa habitada de la localidad”. Cerraron la puerta de su casa en 1965.

A día de hoy nos queda su legado arquitectónico derruido y la antigua parroquia de Nuestra Señora de la Blanca, incluida en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra y que conserva aún algunos elementos arquitectónicos del románico tardío de repoblación (siglo XIII).

Antes de la Guerra Civil, a Matillas La Vieja le llegaba la luz desde una línea procedente de Mandayona. Como se señala en el portal web los pueblos deshabitados, “finalizada contienda dejó de haber fluido eléctrico y se tuvieron que servir de candiles de aceite y de carburo, así como linternas para ir a los corrales”.

Para su consumo de agua tenían la fuente de El Bacho, a diez minutos de allí, donde se hallaba el lavadero. El cereal era el principal cultivo y cuando llegaba el mes de junio llegaban las cuadrillas de segadores procedentes de Ciudad Real. “Iban a moler el grano a los Molinos de Endacho, justo al lado de donde el río Dulce desemboca en el Henares”, recuerda la publicación. Se calentaban con leña de carrasco y roble.

La ganadería estaba en un segundo plano: “Solo dos casas mantenían rebaños de ovejas”, mientras muchos vecinos trabajaban en la fábrica de cemento. El pescadero de Jadraque solía subir en bicicleta sardinas y bacalao. La juventud bajaba los domingos a la estación de Matillas, donde había baile y cine.

Según publica Nueva Alcarria, en su legado patrimonial se haya una pequeña joya del románico que fue muy modificada en el siglo XVI. La antigua iglesia conserva algunos elementos arquitectónicos del románico tardío de repoblación, es decir, del siglo XIII. A los pies se dispone un campanario con dos vanos, a su izquierda, adosado, se encuentra el cementerio. La entrada al templo se realiza a través de una portada de arco de medio punto de doble arquivolta que descansa en capiteles. Aún se conserva una de las hojas de madera que conformaban la puerta. El techo hace mucho tiempo que cedió, y las grietas han empezado a poner en serios aprietos el devenir del edificio.