Cruella: El Joker según Disney

08/06/2021 - 15:31 J. Pastrana

Al margen de comedias románticas y grandes historias de amor ¿existen producciones de género dirigidas específicamente a mujeres? Los hombres tienen millones de comedias gamberras, películas de acción, thrillers. historias de atracos, superhéroes, terror, fantasía y ciencia ficción. Pero esos géneros casi no tienen películas atractivas para ellas.

Ya sé que a todo el mundo le puede gustar cualquier cosa y que cualquier generalización es imprecisa en sí misma, que habrá muchas mujeres a las que les haya gustado King Kong contra Gozdilla y hombres a los que les gustará esta Cruella, pero hablamos de productos hechos con un público objetivo en mente.

Y precisamente porque no hay casi cine de género fuera de los tópicos dirigido a mujeres, justo por eso, el salto al vacío de Cruella me parece tan magnético e interesante al margen de que la película me haya gustado más o menos. Porque seamos sinceros, es una historia que me atrae tanto como a mi mujer Robocop o la Junta de Cristal... Pero eso no quiere decir que sea mala. Es  una comedia de aventuras sobre una tipa que quiere ser ella misma, aunque eso suponga ser mala: la hermana cabrita de Amelie. 

No es la primera vez que Disney apuesta por revisionar a una de sus grandes villanas. Ya en Maléfica arrojaba una nueva mirada sobre uno de sus iconos. Ahora repite con Cruella y lo hace sin renunciar a la oscuridad del personaje, aunque sí matizándola. El resultado es una película arriesgada, posiblemente demasiado turbia y larga para el público infantil, pero interesante para esas adolescentes rebeldes que buscan tener su propia voz o incluso para el público adulto. 

Que Cruella esté ambientada en el mundo de la moda es tan lógico como que Fast and Furious lo esté en el de los coches. El recurso molestará a algunos, pero se amolda al personaje y a los gustos mayoritarios de su público objetivo. A partir de ahí, la película propone dos mujeres fuertes y enfrentadas luchando por hacerse un hueco en el mundo, una especie de actualización El diablo viste de Prada con ecos dickensianos protagonizado por dos actrices de garantías, las Emmas,  Stone y Thompson. Lo que es sororidad, aquí no la van a encontrar, pero tampoco damiselas esperando a su príncipe azul. Se trata de reivindicar la autosuficiencia. 

Quizás por eso, se antojaba fundamental contar con un director capaz de conectar con la humanidad que puede haber en el tenebroso corazón de una futura villana. Y quién mejor para ello que Craig Guillespie, quien ya retratara con  ‘entrañable’ cercanía a una malvada del mundo real en Yo, Tonya, que narraba la historia de Tonya Harding, una patinadora que contrató a un matón para que rompiera la rodilla de su principal competidora en los Juegos Olímpicos.

Cruella no persigue mostrarnos lo injusto que ha sido el mundo a la hora de juzgar al personaje clásico, sino acercarnos a sus circunstancias y a una personalidad que puede ser magnética desde el caos. En este sentido, puede que lo más meritorio sea que el final de esta película, precuela de lo que ocurrirá en 101 Dálmatas, no esté reñido del todo con lo que sucederá en la ya confirmada segunda parte. En este caso, el viaje del héroes es el de la villana. Tampoco es raro. Vivimos tiempos convulsos en los que la locura, ya sean de Cruella o el Joker, parecen una respuesta lógica a este mundo cada vez más envenenado.

Cruella no es mi película. Se me hizo larga y por momentos aburrida, pero yo tampoco soy su público. Compro la osadía de su propuesta y la belleza de sus imágenes, pero no me interesan demasiado la historia ni sus personajes. A mi no me gusta Cruella, pero puede decirlo libremente porque sé que a ella tampoco le gusto yo.