¡Viva Guadalajara!

07/10/2023 - 18:48 Jesús de Andrés

Guadalajara es un provincia que bebe de una fecunda y antiquísima historia común, que comparte un espacio geográfico delimitado por la cuenca de sus ríos (el Henares, el Tajo, el Tajuña…) y que aúna paisaje y paisanaje, que son los dos pilares necesarios para ser país, pero además de calidad.

Festejó la Diputación el pasado viernes el Día de la Provincia, una magnífica celebración recuperada con acierto en 2022 tras ser abandonada hace años. Tuvo lugar en Molina de Aragón, territorio, el del Señorío, que sabe mejor que ningún otro lo que significa la invisibilidad, la lejanía física pero también la que no se mide en kilómetros. La provincia es la fórmula territorial que mayor éxito ha tenido en la historia reciente de España, lo cual, visto lo visto, no es un logro menor. Cuando en 1833, hace la friolera de 190 años, un secretario de Estado llamado Javier de Burgos diseñó el actual mapa provincial no pudo imaginar el éxito de su empresa. Tanto es así, que el modelo autonómico desarrollado por la Constitución de 1978 no ha conseguido, ni por asomo, el grado de aceptación que tienen las provincias, y no hay que mirar muy lejos. De hecho, las comunidades autónomas con mayor grado de consolidación, más allá de las históricas, son las de carácter uniprovincial.
Guadalajara es un provincia que bebe de una fecunda y antiquísima historia común, que comparte un espacio geográfico delimitado por la cuenca de sus ríos (el Henares, el Tajo, el Tajuña…) y que aúna paisaje y paisanaje, que son los dos pilares necesarios para ser país, pero además de calidad. Decía Lorenzo Silva, hablando de Castilla, aunque bien puede trasladarse su reflexión a nuestra provincia, que su gran ventaja es que goza de una tenue identidad que nos exonera de solemnidades nacionalistas, manos en el pecho y proclamaciones pomposas.
Interviene el presidente de la Diputación, José Luis Vega, en el acto de entrega de medallas y reconocimientos, con un emotivo discurso alejado de solemnidades y eslóganes gubernativos, reivindicando el orgullo de ser de Guadalajara, de pertenecer a Guadalajara, poniendo en valor lo nuestro, la belleza de nuestros paisajes, la riqueza inmaterial generada por nuestras gentes, consiguiendo -y ya es difícil en una intervención oficial- tocar la fibra sensible de los allí presentes. Es la suya una reflexión no impostada, sincera, entrañable, que le hace crecer.
Asisto el martes, en la nueva Oficina de Turismo y organizada por la Cátedra de Turismo de la UAH, a la conferencia de Rebeca Cantarero, profesora de la UNED, que aborda un tema ligado al anterior: el de la importancia de nuestra identidad local. Hace inventario de nuestras fortalezas (la cercanía a Madrid, la calidad de vida…), de nuestra riqueza monumental e inmaterial, construida a lo largo de generaciones, y se detiene en las causas del desapego que arrastramos desde siempre. Reivindica también, con fuerza, el orgullo por lo que somos y tenemos. De nosotros depende.